Un excelente partido de Rodrigo no sirvió tampoco para ganar en Ipurua. Lo impidió el VAR al señalar un penalti muy dudoso en contra del VCF y dejar de señalar uno a favor mucho más claro sobre Santi Mina. Es el décimo empate del Valencia, que se queda en tierra de nadie. La cara de Marcelino al final del encuentro era un poema. Su equipo disfrutó de un magnífico tramo en el primer tiempo, impulsado por la clase de Rodrigo, pero las lesiones de Gabriel y Coquelin lo enfriaron, y perdió el control en el segundo tiempo. El VAR completó el trabajo sucio.

LaLiga Santader: Los goles del Eibar - Valencia

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Rodrigo se desplegó con criterio apoyándose en las llegadas por la izquierda de Cheryshev. Rodrigo dio un recital en la primera parte. En primer lugar, un delicioso regate con el exterior de la zurda a Cote. Tic. A continuación, el remate a gol, en el segundo palo, tras el centro desde la derecha de Wass. Su primer gol desde aquel en el primer partido de Liga ante el Atlético, una larga abstiencia que ha pagado cara el VCF. Rodrigo repartió pases de gol en Ipurua como caramelos: uno a Santi Mina, rematado al muñeco por el gallego, y otro a Cheryshev, pifiado al cielo de Ipurua.

Parejo, de primeras, manejó al equipo con mucha claridad. Como en la jugada del gol, esa apertura a la llegada por la derecha de Wass. El mediocentro madrileño tenía claro que este no era partido para arabescos. Por cómo presionan los jugadores del Eibar, lo conveniente era eso: jugar muy rápido y a un toque. En ese tramo espléndido de Parejo y de Rodrigo, el Valencia debió haber sentenciado. Al no hacerlo, el Eibar se fue muy vivo al descanso, sobre todo tras la doble lesión en el cuadro de Marcelino: la de Gabriel Paulista, sustituido por Diakhaby, y la de Coquelin, suplido por Piccini. Wass pasó al interior derecho y Carlos Soler ocupó el mediocentro. La imagen de Coquelin retirándose del campo, apoyándose los hombros de Jaume y Batshuayi, no presagiaba nada bueno. Finalmente, no fue tanto: una lesión muscular en el gemelo.

Manos de Gayà

El Eibar impuso su ritmo en el arranque de la segunda parte. El VCF no conseguía tener la pelota y el conjunto vasco, aun sin llegar con peligro, empató de penalti transformado por Charles. Un penalti decidido cinco minutos después por el VAR, pero las supuestas manos de Gayà no se ve si fueron dentro o fuera del área. A pesar de que fue una imprudencia el salto con los brazos extendidos del lateral de Pedreguer ante el centro de Peña desde la derecha. Gayà no tuvo su noche, inédito en ataque y vulnerable en defensa. Los avalistas del VAR anunciaron que era para las jugadas muy claras. Esta no lo era.

Los cambios de posiciones lastraron al Valencia, sobre todo en la banda derecha. Carlos Soler, por el centro, se equivocó al querer conducir el balón. El agarrón de Peña a Santi Mina dentro del área fue obviado por el árbitro y por el VAR. Las protestas de Alemany, en el palco, y de Marcelino, en la banda, cayeron en saco roto. Rodrigo, con unos controles orientados excelsos, peleó por la victoria hasta el final. Lo hubiera merecido. El juego de ese tramo de la primera parte debe servir como palanca para los próximos partidos.