El Valencia se puede sentir relativamente afortunado con el sorteo de dieciseisavos de la Liga Europa. El Celtic de Glasgow presenta todos los atractivos: un rival histórico, con un estadio y atmósfera mágicos en The Paradise, pero al mismo tiempo accesible. El equipo católico de Glasgow ha perdido fuelle en la última década, coincidiendo con el crecimiento financiero de la Premier League y el descenso administrativo de su gran rival, el Rangers, que hizo perder al conjunto ahotra entrenado por Brendan Rodgers nervio competitivo. De hecho, el Celtic, que atesora 108 títulos, va tercero en la liga escocesa (con dos partidos menos) y se clasificó con apuros para dieciseisavos de final, gracias a un gol del Rosenborg en la fase de grupos.

Será la tercera ocasión que el Valencia se mida en Europa a los "bhoys". En la campaña 62-63 el Valencia apeó a los escoceses, que iban camino de la hazaña de los Lisbon Lions en la Copa de Europa de 1967, por un global de 6-4. En la campaña 2001-2002 volvieron a cruzarse en la tercera ronda de la Copa de la UEFA. Era aquel un Celtic orgulloso y con músculo, con Henrik Larsson de estrella y Neil Lennon de líder espiritual. El Valencia ganó en Mestalla 1-0 (Vicente Rodríguez) y Larsson llevó el partido a los penaltis en la vuelta. Entre cánticos como el You'll never walk alone y el Hey Jude de los Beatles, Cañizares se erigió como héroe desde los once metros y Pellegrino marcaba un penalti decisivo. Los dos jugadores cicatrizaban las heridas de apenas seis meses antes, cuando perdieron con el Valencia en otra tanda la final de la Liga de Campeones frente al Bayern de Múnich.