«¡Cómo me latían las pulsaciones en el túnel de vestuarios!», dijo Ferran Giner, exjugador y ahora presidente de la Asociación de Futbolistas del Valencia, organizador, junto al club, del partido de leyendas contra una selección española de veteranos del próximo 24 de marzo en Mestalla.

A todos nos latió el corazón de agradecimiento al ver regresar a casa a estos 25 jugadores de distintas épocas que nos hicieron disfrutar tanto (faltaron Fernando y Subirats). Algunos llegaron expresamente desde Argentina como el formidable Roberto Fabián Ayala, que departió con Marcelino, compañeros en el Zaragoza. Otros, como Farinós, alejado del fútbol, también valoró al técnico asturiano, su entrenador en el Villarreal («Es el mejor que he tenido»).

Y esa felicidad en la cara de Claramunt al saludar a su heredero, tantos años después, Carlos Soler. «Son parte de nuestras vidas», dijo el periodista Paco Lloret, en referencia a los más de 1.000 jugadores y más de 60 entrenadores que han vestido la zamarra valencianista en estos 100 años.

Ovación a Cañete y Ayala

«¡Qué placer fue compartir contigo tantos momentos inolvidables!», dijo Darío Felmán del queridísimo Mario Kempes, que envió un mensaje desde Nueva York: «Nos vemos en Mestalla».

La gente de tribuna ovacionó con más ganas a Ayala y a Cañizares, figuras de la época dorada del club, junto a Albelda, Baraja, Angulo, Marchena, Kily González, Vicente, Juan Sánchez y Mista.

«Mi mejor recuerdo fue la primera Liga (2002), dijo Albelda, joven capitán de aquel equipo fortísimo, imagen mítica del mediocentro de La Pobla Llarga asomando por la escotilla del avión al llegar a Manises procende de Málaga. «Este club significa todo para mí, como jugador y como persona», añadió Baraja. «Nos ha tocado vivir una hermosa parte de la historia», agregó Ayala, idolatrados por los hinchas, algunos tan auténticos como Merchina Peris, Javi Iranzo o Cristina Grau.

Voro reivindicó a Arturo Tuzón, el presidente que rescató al VCF del descenso en 1987, y Manolo Mas, copresentador junto a Enrique Pacheco, evocó a Di Stéfano, entrenador de aquel heróico equipo del ascenso. Con casi todos ellos estuvo el aclamado utillero Españeta, por una vez en el palco y no en el vestuario junto a sus venerados muchachos.