Nadie confiaba en la remontada. El Valencia CF deambulaba por la Liga del 79 y, tras el empate a un gol de la ida en Mestalla contra el Rangers, pasar a la siguiente ronda de la Recopa era una quimera. Ganar en Ibrox Park era un imposible.
El pesimismo aumentó todavía más si cabe, cuando Alfredo Di Stéfano dio el once titular. El entrenador revolucionó el once en un partido a todo o nada. Sentó a dos habituales en el equipo, Daniel Solsona y Orlando Jiménez, y dio la alternativa dos jóvenes futbolistas: Pablo y Subirats. El primero subía del Mestalla, estaba inédito en el primer equipo, mientras que Subi estaba recién incorporado al Valencia CF tras el servicio militar y jugador cedido en el Girona.
Pero Pablo, al que desde ese día se le bautizó como La Ardilla de Glasgow, y Subirats, fueron junto al mítico Mario Alberto Kempes los héroes de una histórica remontada. La prensa escocesa no entendía como ese menudo y escurridizo futbolista, que llevaba en jaque a toda la robusta defensa escocesa, no era titular en el Valencia. Aquella noche, el extremo asturiano regateó, arrastró a su par y los centrales, dejó huecos, corrió al espacio, y acabó saltando como una ardilla en terreno minado. Subirats realizó una brillante labor en el centro del campo y puso su calidad individual al servicio del colectivo con pase de gol incluido a Mario Kempes.
Bonhoff y Kempes (2) marcaron los goles, pero la defensa numantina de los Botubot, Arias y como Arias y Tendillo en tareas antiaéreas, y la labor de presa de Cerveró, resultaron decisivas.
Tras ese partido, el Valencia ganó en Liga al Atlético en el Calderón (0-1; Saura); viajó a Argentina para jugar un amistoso en el Monumental de River ante la Argentina juvenil de Diego Maradona (1-1; Subirats), y regresó a València para festejar la victoria de Glasgow con la afición de Mestalla con un 4-0 ante la UD Las Palmas. Ese año, el Valencia CF ganó la Recopa.
