Año nuevo, devoción vieja. El estadio Antonio Puchades de la ciudad deportiva de Paterna se llenó con más de 2.200 espectadores para presenciar el primer entrenamiento de 2019 del Valencia CF. El milagroso gol de Cristiano Piccini en el último segundo del último partido de 2018 frente al Huesca en Mestalla aportó tres puntos con un efecto balsámico, tanto en la clasificación como en el ánimo del entorno. Así se vio cuando a las 19 horas, después de guardar una paciente cola durante más de una hora, los aficionados recibieron entre vítores a los valencianistas. La proximidad de los actos centrales del Centenario es otro elemento que ha reactivado la militancia de cara a unos meses decisivos.

Después de un inicio de temporada marcado por la irregularidad, el Valencia CF conserva intactas las opciones de clasificarse para la Liga de Campeones, pelear por la conquista de la Copa del Rey y conquistar la Liga Europa, torneo en el que es uno de los más firmes aspirantes tras quedar apeado de la Champions. En todo caso, el destino de los blanquinegros, la foto que enmarcará el recuerdo de la celebración de sus cien años de vida, se decidirá en los próximos dos meses, antes de soplar el centenar de velas de la tarta.

En las próximas semanas se comprobará si la victoria agónica contra el Huesca era el síntoma de un punto de inflexión en el juego y en la clasificación, o una demostración afortunada de orgullo herido. En esta temporada han abundado otros ejemplos, como las victorias en Anoeta o en Getafe, que también se intepretaron como un posible punto de impulso, pero que acabaron siendo excepciones aisladas de un rumbo errático. En el próximo mes debe acabar de ser reconfigurada y mejorada l actual plantilla, carente de gol y en los niveles más bajos de puntería de toda la historia de los blanquinegros. Chicharito Hernández ha dado ya su palabra, pero la idea es dar salida tanto a Michy Batshuayi (al Roma) como a Kevin Gameiro (al Mónaco).

La recta final de la Copa del Rey, último título conquistado por el club hace casi once años, se decidirá en los meses de enero y febrero. Cuando se conmemore el lanzamiento de la moneda en el Bar Torino que dio la primera presidencia del club a Octavio Augusto Milego, el Valencia también sabrá si es uno de los favoritos para ganar la Liga Europa, su torneo continental favorito, que ya se ha adjudicado en todas sus otras denominaciones pasadas. De momento es teórico favorito para desbancar en dieciseisavos de final al Celtic de Glasgow.

Ovación para Coquelin

La complicidad entre la grada y los jugadores se ha restablecido. Aunque el público del entrenamiento de ayer no es el habitual (con una nutrida presencia de niños y niñas de vacaciones navideñas), la sintonía es otra. Se demostró en detalles como que casi un centenar de aficionados se quedó fuera, al ocuparse rápidamente todo el aforo después de los consejos del club de acudir con tiempo de antelación ante la reducida capacidad del campo, de 2.250 espectadores. Además, los jugadores sintieron de nuevo la agradable sensación de ser llevados en volandas por los seguidores.

Ese cariño sintió Francis Coquelin, que apura los plazos de la recuperación de su lesión y que transmite mucho carisma entre los aficionados. Por otro lado, futbolistas con una relación con algunos altibajos con la grada de Mestalla, caso de Rodrigo Moreno y Dani Parejo, también fueron vitoreados por los aficionados, presentes en el aparcamiento de la ciudad deportiva desde dos horas antes del inicio del entrenamiento. El Valencia que se mide este sábado al Alavés (16.15), hará hoy la tradicional visita navideña a los hospitales.