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Entrevista

Vicent Molins y Jorge 'Lawerta': "La gran noticia del Centenario es el que el Valencia CF ha llegado vivo"

«La aspiración de los títulos y los grandes resultados nos ha hecho descuidar todo lo demás», concluyen

Vicent Molins y Jorge 'Lawerta': "La gran noticia del Centenario es el que el Valencia CF ha llegado vivo"

P Ahora que ya hemos llegado al Centenario ¿Se puede definir al Valencia?

R Molins: Venimos de una sociedad valenciana y valencianista absolutamente fragmentada, desvinculada y sin un sentimiento de pertenencia como tal. Con el Centenario se está intentando dar fuerza al relato, en la «voluntad de querer llegar», una fuerza aspiracional que dice que no nos conformamos, que siempre estamos insatisfechos. Pero lleva a donde estamos y es que lo único que nos vertebra es que los resultados sean buenos. Mourinho decía que no hay hombres como Peter Lim, para él el fútbol era como una pasión que disfruta con su familia. Me pareció una definición trágica. Si lo ve como un disfrute, tampoco le importa mucho desarrollar un modelo de club. Entre cómo somos nosotros y cómo son los que han venido, la única ambición es que la pelota entre. Pero eso nos relega a qué hay detrás, y a que nos pille por sorpresa el Centenario, como si el club se acabase de enterar que tenemos cien años.

P El Barça es «més que un club», el Atlético encarna al Pupas, el Madrid tiene su relato de conquista europeo, el Athletic las raíces ¿Y qué es el Valencia?

R Molins: Incluso el Betis ha explotado la definición de club cachondo en redes sociales.

RLawerta: No me centraría en Peter Lim ni en los tiempos actuales. El problema más grave que tiene el Valencia, que es la ausencia de relato, ha existido desde siempre. Nuestra generación, entre los 30 y los 40 años, solo conocemos al club a partir de los futbolistas que hemos visto.

RMolins: Ha habido falta de perspectiva histórica. Eso no se discute.

RLawerta: La gran mayoría de clubes ha privilegiado a sus estrellas. Mira Di Stéfano. Aquí Kempes, o el gran equipo de los años 40, no ha habido sensibilidad desde el club para recordar ese grandísimo legado.

P Sí se ha cultivado el recuerdo, pero en la tradición oral de los aficionados. No hay nadie que desconozca lo que representa Puchades.

R Lawerta: Pero el relato histórico ha sido cero. Casi nadie sabe lo que encarnó Eizaguirre y tantos otros jugadores, o cómo se ganaron los títulos. Hay una ausencia para generar marca, pero ya no desde un punto de vista mercantil, que eso ya es grave hoy en día, sino para hacer colla, para hacer club, a que el escudo inunde la ciudad. Es una visión pirotécnica. El recuerdo anterior se quema y se olvida todo lo demás. Es un club que vive al presente. Mi historia con el Valencia comienza con el subcampeonato de Luis Aragonés, tocando techo, luego hay otro «black out» hasta la Copa del Rey de Mendieta y las finales de Champions y el doblete. Y luego la odisea.

RMolins: Y la melancolía del doblete.

P ¿Pero es una cuestión más del Valencia o de la propia València, la ciudad?

R Molins: Pasa con el relato de la València histórica, sí. Hemos intentado generar una nueva ciudad, una nueva sociedad, como si viviéramos enfrentados a todo nuestro pasado. Llevado al club y a los dirigentes que ha tenido en su historia reciente, la buena noticia del Valencia del Centenario es que está vivo. Se ha abusado muchísimo de la resistencia del club. Hemos resistido. Nos preocupamos por darle mayor fuerza al Centenario, pero debemos celebrar que estamos vivos de milagro. Hace 7 años este club se iba, se iba. Hemos llegado vivos.

P ¿A costa de qué?

R Molins: Hemos organizado un «destarifo» tan grande que hemos llegado muy justitos de fuerzas. Echo de menos, y cuestiono, que no está sirviendo el Centenario para replantear el futuro. Necesitamos la visión histórica porque no la tenemos, eso es primordial. Pero hay que hablar de lo que queremos ser a partir de ahora.

RLawerta: Hemos empezado hablando de la herencia recibida. Si pensamos que somos el único club con deudas, incapaz de poder gestionarlo para brillar en la élite, y no hablo de títulos, que son de la monarquía, mal vamos. Desde fuera se detecta que tenemos un sentimiento de inferioridad, por la insatisfacción de no poder ser como Madrid y Barça. Lo que sea, en lugar de ser nosotros. Los clubes que sí tienen clara esa pertenencia, como Betis o Athletic, no necesitan los títulos o una buena racha deportiva para sentirse ilusionados. Clubes que ganan títulos hay poquísimos, lo normal es no ganarlos.

RMolins: Si el placer de la militancia es ganar títulos, estamos jodidos.

RLawerta: Si fuera así, nadie iría al campo del Betis, o al del Sporting.

P Pero títulos o finales ha habido en todas las décadas. El sentimiento hacia el club no se despega de haber convivido con ellos o con la aspiración de ganarlos.

R Lawerta: Y ahí tuvimos el doblete, que ha acabado haciendo mucho daño. Intentamos ser lo que no éramos. Fichar a lo loco para ser el Madrid. Olvidándote de lo que te hizo ser campeón.

R Molins: Ahí vamos. La aspiración de los grandes resultados ha hecho que descuidemos todo lo demás. Es el germen de todos los problemas. Pero no viene de veinte años. Mi primer recuerdo viene contra equipos como el Tenerife, el Oviedo y el Salamanca. Partidos a las cinco de la tarde, absolutamente horrorosos, el Valencia quedando el 8 o el 10. Claro que le exigía más, pero el Valencia era eso para mí. Nos hemos metido en una espiral de que el único sentido que tiene pertenecer al Valencia es estando entre los cuatro primeros. Pero la militancia no debe depender de eso.

R Lawerta: No se puede pensar que esa es la única vía para justificar la existencia del club. Somos del Valencia porque sentimos una emoción y la hemos descuidado. Se ha dicho que tenemos que ser como el Borussia, o como el Atlético e ir partido a partido. Ya estamos otra vez con que tenemos que ser alguien, menos ser nosotros mismos.

R Molins: Lo bueno es que hemos diagnosticado que hay un vacío. Lo que le pido al club, y no lo está haciendo y no tengo esperanzas de que lo haga, es que canalice ese debate. Ocupemos ese vacío, ahora que estamos en el Centenario. La tragedia es que, ante la oportunidad de trazar otro camino, estamos cayendo en los mismos errores históricos..

P Es paradójico ese vacío cuando, desde el punto de vista estético, tienes referencias muy singulares. Un murciélago como símbolo, Mestalla es el campo más antiguo de Primera y la caldera más vertical de Europa y la figura icónica de ese Kempes joven, melenudo y vencedor que no envidia a la de grandes mitos.

R Molins: ¡La verticalidad de Mestalla! ¡Desde fuera se están cansando de alabar la verticalidad de Mestalla!

R Lawerta: A nivel de escudos es uno de los más originales del mundo. Llama la atención, no pasa desapercibido. Y a Kempes lo hemos quemado internamente, sin llegar a proyectarlo.

R Molins: La gente no asocia a Kempes con el Valencia con la fuerza con la que debería.

R Lawerta: El problema es que, aparte de no cultivar ese sentimiento, tampoco hemos entrado decisivamente en la visión del fútbol solo como negocio. Hay un gran potencial gráfico, megaexpotable, y no se está haciendo nada, más allá de lo que te incorpora Adidas.

RMolins: Pero eso pasa porque seguimos instalados en 2004, no hemos salido del doblete y no se ha aprovechado para crecer.

P ¿Le falta al club, en ese sentido, una visión más panorámica?

R Lawerta: Muchas de las áreas del club están externalizadas. Pero aún así propuestas no han faltado. Yo me he cansado de reunirme con el club. Hay un gran potencial, pero tenemos un jardín en el que está creciendo cualquier cosa.

R Molins: Falta visión panorámica. Se debe tener una visión global de lo que quieres que sea el club. No hay ese planteamiento, más allá de estar entre los cuatro primeros para evitar dramas en las cuentas.

P Hay opinólogos que dicen que la gracia de la marca del club está en el «no relato».

R Molins: Yo creo que esa es la vía fácil y la vía de darnos por vencidos, que es otra vía, oye. Hay que generar un sentimiento de adhesión colectiva que nos permita tener una marca más potente. No puedes fichar a los mejores jugadores, no puedes aspirar siempre a los títulos. Entonces ¿dónde te posiciones en la mercadotecnia mundial? Debes generar algo que hoy no tienes. Kang In Lee te hará vender camisetas en Asia, pero porque te ha aparecido de la nada.

R Lawerta: Si al venir Lim se hubiese dicho que lo que se quiere es tratar al club como una franquicia de NBA, cargártelo todo pero convertir al club en una potencia muy moderna, pero tampoco ha pasado. Si hay que meterse en el negocio, hagámoslo bien.

R Molins: No se ha elegido ni la vía del arraigo y el factor diferencial propio, ni la exportación de una marca más franquiciada. En el proceso de venta del club, más allá de las falsedades que acabaron en papel mojado, me gustó la expresión de un modelo global. Fue un momento en el que se abrió el debate de querer ser un modelo.

P ¿Es viable hablar de marca, estrategia, de algo abstracto como el relato, cuando hay una dependencia tan grande de quedar cuartos para casi sobrevivir?

R Molins: Es una responsabilidad colectiva saber que eso no lo vamos a tener ahora. Es una inversión a veinte años vista.

R Lawerta: Hay que hacer que este tipo de cosas interesen a la gente.

RMolins: Lo único que se ha vendido es que todo pasa por ser cuartos. La aspiración a todos los niveles es ser cuartos. Si no existe otra inquietud, hay que crearla. Pero ni por asomo.

P El debate de «qué se es» no se ve con un sentido práctico. No se contempla que un sentimiento colectivo más definido te puede sostener en periodos sin títulos o a ser un club con mejores perspectivas deportivas.

R Lawerta: Al Atlético, en cambio, le está funcionando. Aparte de los títulos, se han creado una coraza de imagen estilo selección de Uruguay en plan de «igual no ganamos, pero a coraje no nos desafía nadie».

RMolins: El doblete era la ocasión para prolongar una serie de valores de cómo competía aquel equipo entre 1999 y 2004. Era un equipo sin apenas estrellas o, si había alguna como Aimar, quedaba subyugada a la colectividad. Alguien con tanto talento, sacrificaba su arte al servicio del grupo. Ahí estabas viendo una expresión de cultura de club. Tenías un hilo de continuidad entre Ranieri, Cúper y Benítez. El camino estaba trazado y reforzado con los títulos. Pero no solo no se prolongó, sino que se enterró de forma disparatada.

P Ha sido un club permeable a la sociedad que la envolvía. Los títulos de 1979 y 1980 pillan en plena confrontación identitaria en la ciudad. El doblete, en la antesala de la euforia del ladrillo. Ni antes ni después se tuvo la fuerza para desmarcarse de ese viento.

R Lawerta: Es complicada la impermeabilidad.

R Molins: Sobre todo cuando se ha estado completamente emparentado a cada administración. Pero si eres fuerte como institución, puedes ser más hermético a injerencias externas: mantener valores con independencia de los cantos de sirena del poder.

R Lawerta: Claro que la realidad social te va a influir. Pero si apuestas por un modelo y se lo explicas a la afición, te entienden, se apoya y hay paciencia. Se ha visto con Marcelino. Pero Lim lo ha planteado todo como «he venido a disfrutar».

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