La fresca irrupción de Kang In Lee es uno de los antídotos que se le presentan a Marcelino García Toral en su desesperado intento por cambiar la racha depresiva en la que se haya inmersa la primera plantilla valencianista. El centrocampista surcoreano fue uno de los jugadores más destacados en la derrota copera en El Molinón y evidenció que debería haber contado con minutos en las últimas jornadas de Liga en las que el Valencia ha acentuado su bloqueo.
La energía y el talento del mediapunta asiático, que cumplirá la mayoría de edad dentro de un mes, contrasta con la desesperación que desprende el resto de la plantilla, muy erosionada con el desgaste mental de cinco meses de resultados irregulares.
El efecto puede ser parecido al que se manifestó hace dos temporadas con la irrupción de Carlos Soler en medio de una crisis deportiva galopante que llevó al Valencia a coquetear con el descenso y que se cobró destituciones de técnicos y directores deportivos. Con el apoyo decidido de Voro como entrenador, la personalidad y el fútbol de Soler ayudaron a remontar un ambiente impregnado de negatividad. Dos temporadas después, Soler es uno de los centrocampistas más cotizados del continente y su nombre ya entra en la rumología de mercado de los clubes más potentes. Ayer, el portal «París United» vinculaba a Soler con el PSG, dentro de la previsión del club parisino de renovar una medular sin Motta, Rabiot, Diarra y Pastore. Un interés desmentido por fuentes cercanas al jugador.
En plena crisis, el Valencia batalla contra sus rivales, pero también contra sí mismo, contra sus propios miedos. Una reflexión recurrente de Marcelino García Toral es que la plantilla «sufre mucho», en especial en los partidos de casa en los que nota la presión «por ganar» a partir «del minuto 60». Cabe recordar que la plantilla del Valencia es la segunda más joven de LaLiga y ha acusado, en una crisis inesperada, la ausencia de referentes de mayor veteranía y temperamento.
