El Valencia reaccionó en la segunda parte, con la entrada del Santi Mina más hambriento, y se clasifica para los cuartos de final de la Copa del Rey. El delantero gallego se alió con la banda derecha, magistralmente dirigida por Wass y por Ferran Torres, que le pusieron un centro cada uno de gol. La noche la coronó Ferran Torres, de 18 años, con una jugada final llena de clase: el recorte con la derecha y el disparo colocado con efecto con la izquierda.

Es un partido que debe servir para liberar al equipo, agarrotado desde hace tiempo por la falta de gol. Los goles, en efecto, sueltan el talento y le dan la vuelta literalmente a cualquier equipo. Eso se vio anoche y se verá en cada partido. Ojalá la explosión en la segunda parte de Mina y de Ferran Torres sirva para quitarse esa pesada mochila de encima.

Porque el VCF fue un saco de nervios en la primera parte. Cometió 10 faltas por solo cuatro del Sporting, señal del estado de pánico cuando recibió la ocasión de gol de Lod. El VCF no dio tres pases seguidos. Ni disparó a puerta en toda la primera parte.

Solo Parejo parecía mantener la calma, pero ni siquiera él pudo asegurar el pase en un contexto tan desnaturalizado. El juego se centró por la derecha: Ferran Torres falló un control al principio y Marcelino montó en cólera.

El técnico hubo de recurrir a Santi Mina por un irrelevante Rodrigo. Y en la primera ocasión se vio algo diferente: el saque con la mano de Jaume a Ferran, la larga cabalgada de este y su magnífico centro combado al palo contrario, donde llegada Santi Mina con todo. Su remate con la rodilla lo sacó casi en la raya Cordero.

La segunda parte nació mucho más atractiva, con Ferran Torres desatado por el extremo derecho con la ayuda de Wass. El centro combado del danés lo cabeceó Santi Mina cruzado a gol. «Esta es mi casa», estalló, lleno de rabia, el gallego tras marcar.

Kan In Lee entra en acción

La entrada de Carlos Soler en lugar de Coquelin le dio más empaque al centro del campo. El VCF jugó con la tranquilidad necesaria y Kang In Lee entró en acción con un par de recortes.

Por fin la fortuna se alió con un centro de Ferran Torres porque esta vez sí Santi Mina se adelantó a Noblejas y remachó el segundo gol. Fue un gol de delantero total, de rematador compulsivo. Con el aire a favor, Ferran Torres sacó ese enorme potencial que lleva dentro y que por circunstancias todavía no había podido mostrar. Y dejó escrito que puede ser un extremo para marcar una época.