Carlitos Iturraspe no ha olvidado el viejo arte de los malabares. Ni con 35 años, ni con los reproches de cierto sector de Mestalla que han centrado en su veterana figura las causas de esta discreta temporada, en la que por segundo año consecutivo no se ha alcanzado la ansiada tercera Liga, aunque queda la carta escondida de la Copa para salvar la campaña. Ayer, en la jornada final que encumbró como campeón al Sevilla, Iturraspe fue despedido entre «olés» de admiración en la demoledora demostración de fuerza del Valencia, que sometió 6-1 al voluntarioso Alcoyano, que necesitaba puntuar para evitar el descenso a Segunda división. Como nota, nada anecdótica, Eduardo Cubells plantó una alineación con nueve jugadores vascos, un gallego (Álvaro) y un valenciano, el bueno de Vicent Asensi.

Ya no había nada en juego el Valencia, pero la feliz noticia es que Mestalla se reencontró con la garra de los viejos tiempos. Hubo seis goles, que pudieron ser más, si el colegiado Aurré Larrea, nacido en Barakaldo como Mundo, no hubiese anulado al bravo ariete del Valencia un tanto. El centro lo mandó Ortúzar, entró Mundo al remate, con todo y contra todos. Cabeceó el balón, pero también al guardameta Serer. Los tres entraron en la red. Ningún problema, Mundo anotó otros cuatro.

Después de un valiente inicio por parte del Alcoyano, el match quedó sentenciado con tres goles en apenas dos minutos y medio. Del 14 al 16, Mundo, en dos ocasiones, y Epi ponían en ventaja al Valencia. Todo el equipo obedecía a la sabia batuta de Iturraspe, que mantiene intacta la clase que viene demostrando en este club desde 1932. Pasieguito e Igoa, algo despistados, se apuntaron al despliegue técnico de Iturraspe. En la segunda parte se completó la goleada con los mismos protagonistas y con igual repato: dos de Mundo y otro de Epi.

Un marcador escandaloso que no arregla la temporada, pero que manda un aviso. Ni Iturraspe, que no abandonó el club ni con la llegada de la guerra, ni esta generación eléctrica están acabados. Alguna alegría inmediata regalarán aún a Mestalla.