Ya son 13 los empates del Valencia en la Liga. No puede ser casualidad, sino consecuencia de que, en muchos encuentros, el equipo de Marcelino compite con el freno de mano echado, sobre todo durante la primera parte, como ayer ante la Real. El VCF regaló ese primer tiempo con una actuación anodina y, cuando quiso reaccionar tras el descanso, ya no pudo. O le falló el acierto en hasta tres remates de cabeza con ventaja tras errores en la salida a los centros cruzasos del portero Rulli.

Le faltó atrevimiento a Marcelino para haber arriesgado algo más tanto en la alineación como en los cambios. Repitió con casi los mismos jugadores del pasado jueves en la Copa y al Valencia le faltó frescura toda la tarde. Estuvo espeso tanto en la creación como en la definición. Y solo Gayà y Parejo se rebelaron contra una igualdad que se veía a la legua. La entrada de Guedes en el último tramo tampoco ayudó: el extremo portugués acusó los dos meses de ausencia. Jugó fuera de onda y rompió una dinámica de Gayà y Cheryshev para desbordar por esa banda.

Mientras, los jóvenes estaban fuera: en la grada (Kang In) o en el banquillo (Ferran Torres). La jerarquización del entrenador asturiano tal vez ha sido llevada demasiado lejos. Porque estos dos chicos le sacaron las castañas del fuego en dos momentos decisivos: Ferran en la segunda parte de la eliminatoria contra el Sporting en Mestalla; y Kang In en el tramo final frente al Getafe en casa en la siguiente ronda. La edad no debería ser un argumento cuando ambos demostraron que pueden con la presión. Y cuando el equipo, especialmente ayer, necesitaba aire fresco para atacar.

Solo Gayà

Los gestos de Parejo indicándoles a los compañeros que avanzaran sus posiciones eran más que significativos. El VCF se hundió demasiado en su campo, sin frescura para presionar arriba a la Real. Seguramente por cansancio. Marcelino solo alineó a tres jugadores de campo nuevos respecto al choque de Copa ante el Betis: Roncaglia, Kondogbia y Gameiro. Y el Valencia transmitió mucha fatiga en la primera parte.

Los desmarques de ruptura de Gameiro pasaron inadvertidos para sus compañeros del centro del campo, que no arriesgaban en el pase por falta de chispa. Gameiro parece mucho más resolutivo cuando entra de refresco. La ausencia de Rodrigo, el verdadero generador de fútbol en la zona de tres cuartos, pesó mucho en ese primer periodo, que fue raquítica por parte valencianista, con solo 141 pases completados. Se salvó el debut de Roncaglia como central izquierdo: rápido y expeditivo. Pero, claro, si el mejor es Roncaglia, tienes un problema.

Tres ocasiones claras

Marcelino tampoco movió ficha en la reanudación. Gayà rompía líneas con algún regate y una pared con Cheryshev. A su centro no llegó Gameiro por un flequillo. El VCF había adelantado 20 metros sus líneas. Gameiro, Roncaglia y Rodrigo cabecearon tres veces fuera.

La entrada de Rodrigo ya le iba a dar más llegadas. Gayà parecía propulsado por un muelle. No solo en ataque sino también en defensa, evitando un gol cantado de Sandro tras una veloz internada de Theo. A Guedes carecía de ritmo y, al retirar a Cheryshev, se perdió esa vía de profundidad por la izquierda con Gayà. Marcelino estuvo ayer mal en la gestión de los esfuerzos. Los 13 empates son una losa. El ambiente de optimismo de Mestalla era propicio para un poco de atrevimiento en la elección de los futbolistas.