El año pasado, el Valencia CF anunciaba la cesión de Ricardo Campos, un delantero de 18 años portugués de la Juventus, para reforzar la cantera de Mestalla. Pablo Longoria, que había seguido muy de cerca al futbolista, realizaba su primera apuesta personal de lo que más tarde se ha convertido en el nuevo modelo deportivo y de negocio de la entidad.
Conscientes de que no se puede salir a competir a campo abierto al mercado de fichajes mundial de jugadores Sub 21, porque el Valencia CF no está en condiciones económicas para pujar por futbolistas que ya tienen relevancia en sus primeros equipos, el club tomó la decisión de rebajar la edad de sus inversiones de futuro pese a que el riesgo de acierto fuera mayor.
Así, de esta manera, a Mestalla están llegando jugadores de 17 años a los que ya se les denomina los «niños de Longoria». El portero argentino Joaquín Blázquez (18 años; Talleres de Córdoba), el mediocentro francés Koba Koindredi (17 años; Lens) y el del lateral brasileño Nathan Santos de Araujo (17 años; Vasco), ejemplifican esta nueva política deportiva de la entidad. Longoria ya había realizado esta labor durante su etapa en el Juventus, controlaba el mercado europeo de fuera de Italia, y se encargaba de vigilar a los nuevos valores en alza.
Blázquez ya entrena estos días junto a Koindredi con el primer equipo. La idea del Valencia CF es desarrollar un exhaustivo seguimiento a sus posibilidades, antes de tomar una decisión sobre su futuro. Si el portero argentino, que llega en calidad de cedido un año y medio con opción de compra, ofrece buenas prestaciones, no será de extrañar que tuviera opciones de continuar en Mestalla. El argentino ya estuvo una semana en Liverpool, club que descartó su contratación.
Sin embargo, Koindredi, cuyo traspaso ya está cerrado, encajaría a la perfección como cedido en uno de los muchos clubes con los que el Valencia ha firmado un convenio (muchos de ellos en la Comunitat Valenciana) o tiene una buena relación. De hecho, desde Mestalla se han intensificado los lazos con clubes denominados «amigos», varios por Europa, para que los jóvenes futbolistas hagan su particular «Erasmus» futbolístico.
