Un solo partido ha perdido en el estadio de Butarque el Leganés. Sucedió en un ya lejano septiembre y fue el Villarreal el que se llevó un exagerado botín. En ese momento, en los inicios de temporada, Mauricio Pellegrino estaba todavía ensamblando las múltiples piezas nuevas de un proyecto humilde que, con el tiempo, ha ido ganando en consistencia. El Valencia se enfrenta este mediodía a un equipo que, tras aquel tropiezo, ha ganado como local al Barcelona (2-1), ha empatado contra Atlético y Sevilla (1-1) y en su última comparecencia ante su gente vacunó al Betis de Quique Setién por 3-0. El técnico verdiblanco (al que se espera en Mestalla el próximo jueves en una noche copera histórica) criticó el gusto futbolístico de los pepineros, que juzgaba como limitado. El juego del Lega es rápido, eficaz y directo, sin el preámbulo de la posesión, pero con una eficacia asombrosa.

Marcelino, con una filosofía que se acerca más a la del Flaco, no cayó ayer en el mismo error: «Respeto cualquier estilo de juego, además si todos jugáramos igual sería muy aburrido. El Leganés tienen muy claro a lo que juega. Juega al balón largo, tiene segunda jugada, contraataque y llega con mucha gente al área. Es un equipo organizado que en su campo es muy poderoso y ha sacado 20 puntos de 29 en casa. Ha ganado a Barcelona y Betis y empatado con Atlético y Sevilla».

Una de las tareas de este mes de febrero, trufado de eliminatorias directas entre semana, es aumentar la concentración en LaLiga, en la que se avanza al trote de empates: «Consideramos que el partido de Leganés es muy importante y muy difícil. Ganar los tres puntos sería un golpe moral muy importante, que aumentaría la confianza y autoestima, por lo que intentaremos centrarnos única y exclusivamente en este partido».

Esperados regresos

El Valencia acude al sur de Madrid con presión. Las posiciones de Liga de Campeones cotizan caras tras la victoria ayer del Getafe frente al Rayo, que se confirma como alternativa a la cuarta plaza junto al Sevilla. La gran noticia para los blanquinegros es el regreso, de una tacada, de Rodrigo Moreno, Gabriel Paulista y Cristiano Piccini, lesionados, y del sancionado Diakhaby, que mitigan en parte la dolorosa ausencia de Ezequiel Garay, mejor central de la plantilla, que cayó lesionado frente al Celtic y que tendrá para más de un mes. Con la vuelta de semifinales contra el Betis a la vuelta de la esquina, Marcelino podría reservar a alguno de estos efectivos para no forzar su reincorporación.

La duda reiterativa está en la portería. Marcelino no confirmó si otorgará la titularidad a Jaume Domenech para que llegue a la Copa con más ritmo de juego: «Tengo confianza en él y él en sí mismo. Está todo hablado y consensuado», se limitó a comentar el técnico asturiano.