La combinación de fútbol y Fallas en Mestalla es como un encuentro sexual de alto voltaje. El placer suele estar asegurado. Una fiesta embriagadora en la que se mezcla el colorido, el olor a pólvora, el sol de marzo y, muy a menudo, el ruido de los goles. Mestalla vive esta tarde un partido grande, por toda la sustancia que tiene. El rival, el Getafe, no es uno de los gigantes de la Liga, pero ahora es como si lo fuese. Es el equipo más enemistado con el valencianismo desde la visita a su estadio la temporada pasada, una tirria agravada el pasado mes en la vibrante eliminatoria de Copa. Resulta, además, que, inesperadamente es rival directo en la lucha por la Liga de Campeones. Cuarto, a 6 puntos de diferencia del conjunto de Mestalla, el Getafe es la revelación de la competición. El Valencia CF necesita ganarle esta tarde. Se podría decir que es un partido decisivo en la lucha por la Champions. Por si faltaba poco, el partido se celebra un día antes de cumplirse el Centenario del Valencia CF.

Las Fallas han dejado grandes partidos para el recuerdo. Como aquel 4-3, en pleno día de la Cremà, al Barcelona, en los cuartos de final de la Recopa que conquistó el Valencia en 1980. O el 2-1 al Arsenal, en la Liga de Campeones de 2003, también el día de San José, que dio el pase al Valencia a los cuartos de final con dos goles de Carew.

El Valencia CF llega al partido en su mejor momento de la temporada. Lo hace tras haber eliminado al Krasnodar en la última acción del partido, como en Girona, y con Guedes de vuelta.

La baja de Neto es la gran sorpresa previa del partido: es baja por una lumbalgia. Garay no llega al partido. Roncaglia no juega por sanción.

El Getafe encara el partido, también, en su mejor momento de la temporada. No pierde desde su derrota en Copa en Mestalla y su entrenador, Pepe Bordalás, tiene disponible a toda la plantilla. El partido promete.