Desde Mestalla parte la cabellera eterna de Kempes, arropado por cientos de aficionados y de exjugadores como Voro, Piojo o Carboni, para llegar al punto cero, en el centro de la ciudad, donde nació el club hace hoy 100 años. Amenizado por una banda, otro símbolo tan valencianista, a los seguidores los llevará una energía formidable, mezcla de fiesta, nostalgia y emociones. Ha pasado ya un siglo y este equipo sigue dando vida a decenas de generaciones. En las buenas y en las malas, el club mostró siempre un músculo social inigualable: cuando bajó a Segunda arrastrado por las deudas en 1986 y fue rescatado poco después por Arturo Tuzón y por toda la hinchada; o cuando, mucho más reciente, celebró dos Liga entre el Madrid de los Galácticos.

La sociedad civil, esa que hoy se abraza en los distintos actos de celebración, ha ido por delante del club en la exaltación de estos primeros 100 años de historia: exjugadores, exentrenadores y exdirigentes han recibido el merecido homenaje. Nadie ha caído en el olvido. La generosidad de la gente ha hecho bien el trabajo. El resurgir del conjunto de Marcelino, vivo por perseverancia y coraje en las tres competiciones, ha alentado mucho la conmemoración.

La celebración se alargará toda esta semana y se coronará el domingo con ese ansiado Partido de las Leyendas al que se sumarán más de 150 exfutbolistas, capitaneados por el adorado Kempes, y reunidos gracias al encomiable entusiasmo de Fernando Giner, presidente de la Asociación de Futbolistas. Un respeto.

El Getafe fue ayer un invitado muy incómodo a la fiesta del Centenario. Resultó el muro que se suponía y el Valencia no encontró la manera de derribarlo. Solo dos disparos a puerta de los chicos de Marcelino que retrataron el impecable ejercicio defensivo de los hombres de Bordalás. Mucho mejor el VCF en la segunda parte, pero sin la frescura en el ataque para doblegar a un coloso llamado Djené. El empate aleja al VCF de la Champions (se mantienen los seis puntos de ventaja del Getafe) si bien le quedan dos partidos grandes por delante para remontar y seguir escalando posiciones: el Sevilla y el Real Madrid.

Sorprendió el Getafe con una presión muy avanzada en los primeros minutos. Y la mantuvo toda la primera parte. Solo al final del primer tiempo, en un córner primoroso de Parejo (plano y al segundo palo, por encima de las manos de David Soria), pudo marcar el VCF al rematar de cabeza Rodrigo al poste. La posición más centrada de Guedes tras el descanso desestabilizó al Getafe y por ahí llegó el tanto del portugués anulado por el VAR. Era fuera de juego de Gameiro.

El Getafe, más cansado, pasó al plan B: acumular un sinfín de faltas que rompieran el ritmo valencianista. Gameiro no pudo con la velocidad de Djené. Marcelino lo suplió por Santi Mina. El enfado del francés con Marcelino al ser sustituido no tiene justificación. La aportación de Santi Mina, eso sí, fue muy pobre.

El Getafe ensució los últimos minutos con faltas y pérdidas de tiempo: desesperó a Mestalla. Se perdió una eternidad en el gol anulado por el VAR y las marrullerías azules, pero el árbitro solo concedió cuatro minutos. Mestalla aplaudió al final a su equipo pese al frustrante empate (el 16º) porque sabía que sus jugadores se habían exprimido sin éxito. Han pasado 100 años y el Valencia sigue ahí, con la misma ilusión de siempre. Los héroes del siglo ocupan hoy las calles de València.