Miguel Zorío, líder de Marea Valencianista, emitió ayer un comunicado explicando su postura. «El VCF incluye en su balance unas inversiones y gastos en el nuevo Mestalla de 150 millones, que si se derribara y se perdieran los aprovechamientos urbanísticos, comerciales, hoteleros, parking, indemnizaciones a vecinos,? llevaría al club a unas pérdidas de 200 millones. Esto implicaría la quiebra automática del club y su desaparición».

«Hay una Sentencia firme del Tribunal Supremo que obliga a derribar Mestalla, y basta que un vecino lo solicite para que esa ejecución deba hacerse. El solar recalificado del viejo Mestalla sirve para garantizar la deuda bancaria del Valencia, de 180 millones. Si el solar perdiera esa calificación, el club no tendría activos para garantizar los créditos, y los bancos ejecutarían las garantías y prendas. La SAD debería hacerse cargo de los compromisos adquiridos con los vecinos de Benimaclet (polideportivo) y con el Ayuntamiento, y la propiedad de los terrenos del nuevo Mestalla revertiría de nuevo en los antiguos propietarios, que podrían solicitar lucro cesante por la presunta estafa en el cambio de uso del solar».