Otro partido imperial de Parejo, en la recuperación y en la creación, sitúa al Valencia a un punto de la Champions, suma 17 partidos sin perder y se carga de toda la adrenalina que da siempre ganarle al adrid. El Valencia ha llegado como un tiro al tramo final del campeonato y Mestalla vive una luna de miel con su equipo.

Transcurrida media hora de partido, no había sucedido nada. Los dos equipos se respetaban demasiado. La presión se imponía al talento, las defensas a las delanteras. Hasta que Parejo mandó parar y cambió el paso al partido. Empezó a mover al equipo y todos se pusieron en órbita de repente: la electricidad de Gayà, la pausa de Carlos Soler y... la precisión de Guedes en el disparo.

El extremo portugués recogió un rechazo de puños de Keylor Navas en la frontal del área, le ofreció una pared a Carlos Soler y este se la concedió: Guedes ajustó el tiro, enroscado, al palo corto de Keylor Navas. Guedes responde así, de la mejor manera, a la reprimenda de Marcelino el pasado domingo, cuando lo sustituyó en el descanso tras una floja actuación frente al Sevilla en el Pizjuán. Tras el gol, el VCF se desató alrededor de la media vuelta de Rorigo desde tres cuartos de campo. Llovieron las ocasiones y a punto estuvo de sentenciar.

El cuadro de Zidane se estiró tras el descanso. Y el VCF cotragolpeó a velocidad de vértigo y con mucho sentido: Parejo lanzó con la zurda a Rodrigo, este a Carlos Soler y el tiro forzado del valenciano chocó contra Keylor mientras se quejaban Gameiro y Guedes, a la espera del pase que no llegó de Soler. Parejo estaba dando una exhibición de pases en profundidad: esta vez le envió uno muy largo a Rodrigo, que bordeó el gol raso al seegundo palo tras haber burlado con varios amagos a Ramos.

El árbitro, Jaime Latre, se equivocó al amonestar a Parejo cuando el mediocampista fue al suelo ante Lucas Vázquez, pero había encogido las piernas el capitán, que se pierde por sanción el choque del sábado en Vallecas ante el Ray Vallecano.

La entrada de Isco y de Bale concedió más profundidad al Madrid. Marcelino quiso cerrar el paso con la entrada de Cheryshev por un agotado Guedes. Mestalla tributó una gran ovación a Carlos Soler, muy sólido en su juego y muy recuperado en las últimas jornadas: gran jugador. La jugada le salió bien a Marcelino. El centro de córner de Parejo lo cabeceó Garay con mucha contundencia. El central, tras una actuación soberbia frente al Sevilla, repitió anoche. El gol de cabeza de Benzema llegó tarde para el Madrid. Mestalla ya estaba celebrando una victoria más, un pasito más cerca de la Champions, un nuevo recital de Parejo.