La expectativa de alcanzar unas semifinales europeas borra todo rastro de rachas, problemas y presentes problemáticos que se puedan arrastrar en LaLiga. Villarreal y Valencia apuntan alto en la ida de los cuartos de final de la Liga Europa, que tendrán lugar esta noche en el estadio de la Cerámica. Los dos equipos vuelven a repetir el primer y hasta hoy único duelo valenciano continental, tras el que tuvo lugar en la temporada 2003/04 en las semifinales de la UEFA, decididas con un solitario gol de Mista de penalti a favor del Valencia, posterior campeón. Un duelo de rivalidad creciente con una hemeroteca cada vez más llena de enfrentamientos.

El equipo de Mestalla parte como favorito por su mayor potencial y su mejor estado de forma en LaLiga, pero el Villarreal ya ha demostrado una asombrosa capacidad para desconectar de la presión que le bloquea en el torneo doméstico (con tres shocks seguidos frente a Celta, Barcelona y Betis) para rendir en Europa con brillantez, con un nivel acorde al de la capacidad real de su plantilla. De hecho, el conjunto amarillo ha llegado a los cuartos de final invicto y deshaciéndose con autoridad de rivales de apellido clásico, como el Sporting de Portugal o el Zenit de San Petersburgo. A ese cambio de personalidad aludía ayer Javi Calleja, técnico local, con una ambiciosa y lógica puesta en escena. si bien el futuro del Villarreal depende del duelo dramático del fin de semana frente al Girona.

En un doble duelo, un factor apuntala las opciones del Valencia: su seguridad defensiva frente a la alarmante fragilidad de la zaga castellonense. El Villarreal ha encajado en LaLiga 45 goles, frente a los 26 de los blanquinegros. Calleja podría hacer descansar a futbolistas como Asenjo, Iborra, Pedraza, Cazorla, Chukwueze o Ekambi, además de los lesionados Bruno Soriano, Manu Trigueros, Jaume Costa o Miguelón. En el Valencia, Marcelino pierde a Jaume Doménech por una gastroenteritis aguda que le hizo ser hospitalizado, tampoco contará con Carlos Soler, sancionado, pero recupera a Piccini y a Coquelin para suplir a Kondogbia.