Conviene remarcar la fecha para los flojos de memoria. 29 de enero. Con todo en contra, en pleno tiempo de descuento, el Valencia eliminaba al Getafe en los cuartos de final de Copa del Rey gracias a dos goles de Rodrigo que desataron el delirio más absoluto en Mestalla. En plena celebración del 3-1, el delantero nacido en Río de Janeiro se fundió con la grada dejando instantáneas para el recuerdo. Abrazó a los aficionados que se frotaban los ojos con la remontada desde las primeras filas del Gol Gran, besó el escudo del murciélago y, en plena locura, perdió el equilibrio mientras gritaba su hat trick subido a una valla publicitaria. Esa noche, ni un solo valencianista hubiera entendido que Peter Lim le traspasara al acabar la temporada.
No han pasado ni tres meses. El Valencia se ha clasificado con solvencia para la final de Copa y afronta la disputa de una apasionante eliminatoria de semifinales de Europa League ante el Arsenal. Además, sigue en la pugna por acabar entre los cuatro primeros en Liga, objetivo esencial para el grupo. Todo ello, obviamente, con la aportación de Rodrigo. El atacante internacional español no está en las cifras de la pasada campaña (21 goles), pero ha sido determinante para que el murciélago vuelva a tener opciones de campeonar.
Rodrigo Moreno cuenta en su hoja de servicios con once tantos y nueve asistencias en competición oficial esta temporada. Eso significa que ha incidido de forma directa en la tercera parte de los goles que el Valencia ha materializado desde mediados de agosto. Aun así, un sector del entorno pedía a gritos su venta en redes sociales el pasado domingo a la conclusión del encuentro contra el Betis. Sus pecados: no celebrar el 0-1 de Guedes y cometer un error que acabó provocando su expulsión en el Benito Villamarín.
Es de locos. ¿Cuándo aprenderemos a valorar y proteger lo nuestro? ¿Cuántas veces hemos añorado en los últimos años a entrenadores discutidos en Mestalla como Cúper, Emery o Quique Sánchez Flores? ¿Acaso nos fue mejor con Gary Neville? Ahí tienen el caso de Jonas. Para el Valencia no valía y en el Benfica casi gana la bota de oro. Por no hablar de gente de la casa - Juan Sánchez, Farinós o Angulo- a los que se ha pitado con insistencia desde la grada. Después nos sorprende que los jugadores quieran marcharse. Eso le falta a la propiedad, que se lo pongamos facilito para hacer negocio con los mejores futbolistas de la plantilla. Rodrigo es uno de ellos. Sin ninguna duda.
