La prueba fallida de Marcelino, al cambiarlo todo para que nada cambiara, propició un Valencia despersonalizado y confuso, irreconocible, pero dejó al menos un resultado abierto para la vuelta, el jueves en Mestalla. Al VCF le favoreció el factor sorpresa, sí, al situar de mediocentro defensivo a Diakhaby, que además marcó de cabeza en el arranque de esta eliminatoria de semifinales de la Liga Europa. Pero el cuadro de Marcelino, pese a la acumulación de defensas (6), fue un desastre defensivo de principio a fin, sin que el técnico asturiano rectificara. Le iba bien el resultado, 2-1, hasta que la enésima pifia defensiva (un despiste de Gayà), permitió el gol postrero de Aubemang en un remate picado casi sin ángulo en el segundo palo (mal tapado otra vez por Neto). Solo el gol de Diakhaby alimenta la esperanza de llegar a la final de Baku.

Escocido de aquella derrota en Anfield en 2016 con el Villarreal, en las semifinales de la Liga Europa, ante el Liverpool de Klopp, Marcelino se plantó en el Emirates con un regimiento de centrales contra la superioridad física inglesa. La sorpresa de Diakhaby de mediocentro fue para todos, incluido Emery. Y su primera arracanda, espectacular, obligó al hachazo de Socratis sobre el tobillo del francés (perdonado por el árbitro). Socratis repartió estopa ante la complacencia del árbitro francés (más tarde le atizó a Guedes). Diakhaby se vino arriba al convertir en oro una jugada de estrategia: el córner de Parejo al segundo palo lo devolvió Rodrigo al primero y allí apareció la supremacía por arriba de Diakhaby.

Ante la zozobra defensiva de los gunners, el gol confundió al VCF, que se creyó capaz de dominar el partido. El Arsenal lo golpeó dos veces a la contra, aprovechando las carencias de Roncaglia. Aubameyang, un velocista, le ganó la primera carrera antes de servir en bandeja a Lacazette; y el propio delantero francés le ganó poco después la espalda al cabecear un centro desde la izquierda de Xhaka. En esta ocasión ayudó el flojo despeje de Neto (mano muy blanda).

El VCF perdió la hoja de ruta y se encontró sin los automatismos defensivos: sin saber dónde presionar ni cómo. Defendió sin orden y tampoco supo ya cómo atacar. En parte porque Guedes, acompañante en la delantera de Rodrigo, no dio pie con bola, perdiendo todos los pases. La apuesta de Dikhaby, además, se fue diluyendo y el VCF también perdió el centro del campo. La paradoja es que, con un equipo lleno de defensas, el Valencia era sorprendido dos veces a la contra.

Cambio de guion

Marcelino cambió el guion en el segundo tiempo y mandó defender en su campo retrasando la posición de Gayà, ya como lateral izquierdo. A medida que avanzaba el encuentro, peor para Diakhaby, que notó la falta de agilidad para el puesto de mediocentro. Roncaglia seguía perdido.

Marcelino refrescó al equipo con Wass y Gameiro, pero sin cambiar su esquema. Y sin sustituir a Diakhaby pese a que ya había extraviado la onda del partido. El VCF se fue deshilachando y el Arsenal, con la entrada de Mkhitaryan, buscó el tercero materializado por Aubameyang tras el despiste de Gayà y de Neto. El cambio de sistema mareó a sus propios jugadores: ninguno estuvo a su mejor versión.