Partido con tensión para ambos equipos porque quien errara echaría por tierra los objetivos marcados a principio de temporada. El Valencia, tras la victoria del Getafe, no tenía otra opción y acabó imponiéndose con solvencia.
Vuelta al 1-4-4-2
El Valencia abandonó el sistema que utilizó ante el Arsenal y volvió al 1-4-4-2. La vuelta de Coquelin, de Piccini en el lado derecho junto con Wass y Santi Mina acompañando a Rodrigo, eran las novedades más importantes. Wass, a poco de comenzar el choque, tranquilizó el ambiente tras un buen disparo que supuso el 1-0. El gol dio confianza al Valencia y el nerviosismo cundía en las filas oscenses.
Guedes ante Ferreiro
Ferreiro fue el improvisado lateral derecho del Huesca y por esa zona el Valencia fue un puñal. Los contraataques che pillaban siempre descolocados a la zaga oscense. De ahí vinieron rápidamente los goles de Rodrigo y Santi Mina, ambos por partida doble, que establecían el 0-5 con el que se llegaría al descanso.
Minimizar riesgos
Con el 0-5, el Valencia solo debía evitar lesiones y esfuerzos innecesarios, manteniendo intacta la confianza que daba el resultado. Marcelino pudo dar descanso a Parejo, Guedes y Rodrigo, aunque el nueve tuvo tiempo antes de irse para poner el 0-6. A partir de ahí, el Valencia contemporizó y el Huesca pudo reducir el marcador con un gol de Melero y otro de Gallar de penalti a punto de acabar el partido.