El Valencia CF afronta los tres últimos partidos de la temporada (2 de Liga y la final de la Copa del Rey) con la obligación de reforzar el que hasta hace unas semanas era su punto fuerte: la defensa. Para ganar los dos partidos ligueros, que le darían la clasificación para la Liga de Campeones si el Getafe pierde uno de sus dos compromisos (visita al Barcelona y recibe al Villarreal), debe cerrar otra vez filas. Su retaguardia se ha descompuesto incomprensiblemente en las últimas semanas. Ha recibido 12 goles en los últimos 5 partidos: 5 en la Liga y los 7 que le ha marcado el Arsenal en las semifinales de la Liga Europa. Un desastre para un conjunto que presumía, precisamente, de su solidez.
Un dato: el equipo de Marcelino tardó 17 partidos en encajar 12 goles al inicio de temporada, entre la Liga y la Champions. El Valencia CF, entonces, empataba un alto porcentaje de sus partidos, pero tenía bien blindada su portería. Sobre esa base, la de mantener su portería inmaculada, se impulsó hacia la parta alta de la clasificación pasadas las fiestas navideñas. Otra vez la sobriedad defensiva, la misma seña de identidad de la temporada pasada. El valor de los equipos de Marcelino.
La eliminación frente al Arsenal ha evidenciado, sin embargo, que el actual Valencia CF se rompe por la defensa. Lacazette y Aubameyang, con 7 goles entre los 2, se han cebado con los defensas del Valencia CF. Y con su portero, Neto, que sorprendentemente ha enseñado algunas debilidades.
Para un conjunto que basa su fortaleza en rentabilizar al máximo sus goles, reforzar la defensa se antoja vital para conseguir los dos grandes objetivos que le quedan en el año de su Centenario. Los dos están tan lejos como cerca. Todo depende, seguramente, de la capacidad del equipo para volver imponer respeto en las dos áreas. Mañana, a las 18.30 horas, se prueba en Mestalla ante el Alavés.
