El Valencia afronta desde esta tarde, en el estadio Nuevo José Zorrilla, una semana que puede quedar señalada en la historia de la entidad. Una victoria en Valladolid garantizaría la reedición de la cuarta plaza, la continuidad en la Liga de Campeones, con todo lo que comporta en el prestigio deportivo y el oxígeno financiero claves para el proyecto. El triunfo sería el aperitivo perfecto para acudir a la final de Copa del Rey con una mayor confianza para voltear los pronósticos ante el Barcelona de Leo Messi.

El equipo de Marcelino García Toral debe ganar para no tener que depender, a la misma hora, de un tropiezo del Getafe, con el que está empatado a puntos y que recibe en casa al Villarreal, o una carambola remota del Sevilla. Los valencianistas viajan con el refuerzo anímico del apoyo de más de 900 seguidores, que en un buen número repetirán desplazamiento al Benito Villamarín. A la felicidad colcetiva ha contribuido la noticia del regreso de Geoffrey Kondogbia. La recuperación del internacional centroafricano en tiempo récord tras ser dos veces operado en abril por un hematoma intramuscular extenso en su muslo izquierdo, es una muestra de compromiso y hambre competitiva. En la lista también ha entrado Ezequiel Garay, entre algodones durante toda la semana, pero que apunta a ser uno de los dos descartes técnicos.

Todo el viento sopla a favor del Valencia en este partido. El Valladolid afronta el duelo con ánimo festivo tras confirmar su permanencia. Jugarán los menos habituales después de una semana muy suave de entrenamientos y dieta relajada. Hasta Míchel Herrero, exvalencianista ahora blanquivioleta, ha mostradosus preferencias para que los blanquinegros acaben cuartos. El favoritismo es tan amplio que el principal enemigo visitante es la gestión de esa propia expectativa y el recuerdo de tropiezos inesperados en Vitoria, Leganés o Vallecas.

«No será sencillo, hay que afrontarlo como la final que es», remarcaba ayer Marcelino. «No podemos fijarnos en lo que hagan los demás, tenemos el privilegio de depender de nosotros mismos y si sumamos los tres puntos nos es independientes lo que hagan», recalcó. «Sólo nos vale ganar», destacó.

El técnico asturiano se sinceró al admitir que prefiere jugar este choque ante un rival que «ya no se juega nada pero eso en ningún caso te garantiza la victoria». «Si echamos la vista atrás, ha habido muchos equipos que no se jugaban nada y han ganado en la ultima de la jornada».

Preguntado por la alineación con cambios que presente el Valladolid, Marcelino aseguró que Sergio González «tomará las decisiones que crea más oportunas pero independientemente de quién juegue, lo van a hacer con libertad y atrevimiento y eso va a suponer en un peligro en un campo que además va a estar absolutamente lleno». En todo caso, Marcelino no ha detectado signos de relajación en su grupo: «Esa sensación creo que no ha entrado en el vestuario porque hemos entrenando muy bien. Le damos máxima importancia y nos queda lo más difícil, lo que confirma. Es el partido más difícil pero a la vez el más motivante. Es el partido de la confirmación porque sin haber sumado en las 37 jornadas no habría sido posible llegar con opciones».