En una remontada espectacular, el Valencia CF vuelve a clasificarse para una nueva Champions. La temporada del Centenario ha resultado de una tenacidad admirable por parte del cuadro de Marcelino. Siempre de menos a más. Poco a poco. Picando piedra. Hasta el final. Hizo sus deberes en Zorrilla con una victoria cómoda con goles del valoradísimo Carlos Soler (sí, vale muchos millones) y de Rodrigo, otra vez iluminados por un Parejo impecable. El liderazgo del capitán, dentro y fuera del campo, lo convierten en leyenda. Los 1.000 aficionados desplazados a Pucela lo disfrutaron como se merecía. A lo grande. Un subidón además para la estabilidad económica del club. Una victoria de casi 70 millones.

Todo encajó en enero a partir de la marcha de Batshuayi (Marcelino tuvo la humildad de reconocer el error del fichaje), los tres delanteros sumaron un número decente de goles y el VCF despegó en la Liga y en la Copa del Rey. El técnico asturiano lleva por segundo año consecutivo al club a la élite europea y consolida su figura de entrenador fiable y solvente. Bien hizo Mateu al confiar en él.

Menos Guedes, algo desafinado, el resto llega a punto, moral y físicamente, para la fiesta de esa final de Copa el sábado ante el Barcelona.

Las dos amarillas en los primeros 20 minutos (Gayà y Diakhaby) describían los nervios del Valencia. La perseverancia de Rodrigo al presionar a Olivas iba a desencadenar la tormenta. Rodrigo entregó a Santi Mina y este aguantó para atraer a tres defensas antes de pasar a Carlo Soler, que engañó en el tiro cruzado a Yoel.

Parejo decidió sentenciar tras el descanso. Subió a incomodar la salida de balón de Alcaraz, le robó la cartera y le regaló el gol a la llegada de Rodrigo. El hispano-brasileño participó de los dos goles. ¡Y cuántos balones recupera Parejo! ¡Y qué temple para dirigir el juego! Parejo y Rodrigo, un año más, la pareja más importante del Valencia para arañar la Champions.

El paradón de Jaume a Alcaraz recordó el golazo de falta del mediocentro en Mestalla a escasos minutos del final. Doménech se estiró a su izquierda y desvió la pelota con las yemas de la mano izquierda. Tras un mes fuera por una fea lesión, Kondogbia entró como si no hubiera parado ni medio minuto. También entraron Ferran Torres y Gameiro y el VCF se dedicó a que pasara el tiempo.

Parejo echó el balón fuera para que Pucela despidiera con honores a Borja. El capitán del VCF invitaba así a un homenaje en Zorrilla que le beneficiaba. Parejo ha manejado al VCF a su antojo. Con el pie y con la cabeza. Dentro y fuera. Ya rueda el balón en Sevilla en el año mágico del Centenario.