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Aquella comida de navidad

Alemany supo tener tranquilidad cuando incluso los más pacientes afilaban la katana

Aquella comida de navidad

El pasado 17 de diciembre, con la eliminación del equipo en la fase de grupos de la Champions League todavía reciente y el Valencia decimocuarto -a diez puntos de la cuarta posición-, el club de Mestalla organizó el habitual encuentro navideño con la prensa. No eran días sencillos. Mateo Alemany nos convocaba a pie de playa después de un decepcionante empate en Ipurúa. En la jornada anterior, Diakhaby había salvado los muebles con un testarazo ante el Sevilla que miles de valencianistas escucharon ya desde la calle por producirse en tiempo de descuento.

De los dieciséis partidos de Liga disputados hasta la fecha, el murciélago únicamente había sido capaz de conseguir la victoria en tres. Así que, como suele ocurrir en situaciones de esta índole, un sector en el entorno comenzaba a rumiar si no sería conveniente el cese del entrenador. Conscientes de ello, varios periodistas le preguntamos al director general por el futuro del asturiano si el Valencia tampoco era capaz de ganarle al Huesca, colista en aquel momento con tan solo ocho puntos. La respuesta de Alemany no pudo ser más contundente: «Marcelino va a seguir, a seguir y a seguir».

No era una pose de cara a la galería. Ya sin micrófonos de por medio, Mateo se explicó de forma más extensa en una sobremesa que no olvidaremos. Hasta bien entrada la tarde, enumeró con entusiasmo y convencimiento los argumentos que le hacían mantener la confianza en el técnico: el apoyo del vestuario, la intensidad en los entrenamientos, el bajo rendimiento de alguno de los fichajes realizados en el mercado anterior. Quienes le escuchamos tuvimos muy claro que solo una hecatombe de dimensiones bíblicas iba a precipitar el cese de Marcelino García Toral. Cinco días después, Cristiano Piccini se disfrazó de Papá Noel para adelantar la Navidad en Mestalla con un zurdazo impensable en el minuto 93. Ya conocen el resto de la historia.

Tras una meritoria segunda vuelta en la que el Valencia ha tenido que hacer frente a Copa del Rey y Europa League, el equipo ha conquistado sobre la campana esa cuarta plaza que, por plantilla y presupuesto, responde a su hábitat natural. Objetivo cumplido. Ahora vienen cinco días para cerrar los ojos y soñar con un título que, sin duda, merecen jugadores, cuerpo técnico y, evidentemente, el director general. Mateo Alemany supo tener tranquilidad cuando incluso los más pacientes afilaban la katana. El mejor fichaje de la era Peter Lim ha vuelto a hacerlo.

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