El Valencia CF sumó ayer su segunda victoria de la pretemporada, tras la derrota ante el Mónaco (1-0) y el triunfo ante el Sion (3-0), en la prueba más seria hasta ahora de la pretemporada. Lo hizo sin alardes, con mucha tela todavía por coser, es cierto, pero salió victorioso de un duelo intenso ante un rival que compitió al máximo para tratar de llevarse su copa veraniega. Tras un primer tiempo de fútbol irregular, Gameiro y Rodrigo convirtieron el partido en otra cosa. Una jugada espléndida definida por el francés terminó con un partido en el que el Valencia CF, por encima de todo, exhibió carácter.

Con un once muy interesante, con Manu Vallejo y Maxi Gómez en la delantera y Salva Ruiz en el lateral izquierdo como principales focos de atención, el Valencia CF entró en el partido con la firme voluntad de querer el balón. La cuestión era intimidar por potencia de juego al campeón de Copa portugués, un rival aseado trufado con futbolistas reconocidos, entre ellos los exvalencianistas Mathieu, ya un veterano, algo pasadito de peso, y Vietto. El Sporting puso a prueba al Valencia CF, sobre todo, en el trabajo defensivo, la primera de todas las obsesiones de Marcelino. Mala suerte es que en la primera ocasión local, Ban Dost dejase a Jaume petrificado con una volea seca desde el centro del área. El Valencia CF siguió a lo suyo e inmediatamente empató, en un remate franco de Kondogbia, de cabeza, al saque de un córner.

La presencia de Maxi abre nuevas alternativas a Marcelino. Pivota, abre espacios a la segunda línea y se presenta al remate como un poseso. Al Valencia CF le faltan partidos para reconocer al uruguayo en su concepto juego. Sólo le llegó un balón apto para remate, desde las botas de Wass. Casi es gol.

La aportación de Salva Ruíz resultó más que interesante, tanto en la posición como en la colaboración con Guedes. Al portugués le falta chispa a estas alturas de pretemporada, pero ahora sí está obligado a iniciar el curso con las pilas al máximo. Está exigido a mostrar más el regate, la carrera, el disparo...

El Valencia CF bajó los brazos en el último tramo del primer tiempo, con varias pérdidas de balón peligrosas. Pese a estar Parejo y Kondogbia, faltaba sintonía.

Marcelino movió el banco tras el descanso. Cambió la delantera y rápidamente se notó la armonía entre Rodrigo y Gameiro. El árbitro pitó un penalti, que no era, tras caer el primero en el área tras un quiebro precioso. El mismo Rodrigo lanzó la pena máxima a las manos del portero.

El gol era cuestión de tiempo. Llegó en una acción que retrata la esencia de Marcelino. Coquelin, que había tomado el testigo de Parejo, recuperó la pelota, la cedió a Cheryshev y este abrió en largo a Rodrigo. Gameiro remató el centro de su compañero allí donde no falla.

La atención se centró en otros futbolistas, como Kang In Lee o Cillessen, principalmente. El portero holandés hizo una demostración de su habilidad en un disparo lejano. Voló y envió la pelota a córner a mano cambiada. Una excelente noticia para quiénes tienen dudas sobre las prestaciones del meta holandés, que tiene mucho que sumar al año II de Marcelino.

El Valencia CF jugará su cuarto amistoso del verano el próximo viernes, 2 de agosto, en Inglaterra, frente al Brighton & Hove Albion. El domingo visitará al Bayern Leverkusen.