El éxito en Armenia, el trabajo realizado con la selección española en los últimos años y la medalla de campeones de Europa sub-19 no admiten discusión. La actualidad del Valencia CF restó fulgor mediático a la llegada de Ferran Torres y el mestallista Hugo Guillamón, pero no estropeó la huella del triunfo. La victoria tiene vida, valor y recorrido. El aficionado ha estado pendiente de ellos y ha presumido con orgullo de representación valencianista en el equipo de Santi Denia. Ferran ha sido una bomba. Los dos goles en la final ante Portugal subrayan su protagonismo en este ciclo. El extremo ha respondido siempre, siendo determinante en los momentos decisivos. Hugo regresa reforzado tras un campeonato tremendo en el eje de la defensa, ha impuesto su liderazgo desde la discreción.

La pareja de oro ya está en casa. Ferran y Hugo arribaron a València (14:20 horas, estación Joaquín Sorolla) cansados por el viaje, pero contentos. Con ellos, un tercer hombre: Abel Ruiz, delantero valenciano del FC Barcelona, el capitán de la selección. Tras cruzar la puerta de Llegadas les esperaban sus familiares, que les recogieron con un cálido abrazo. También hubo tiempo para satisfacer la chispa de algún aficionado. Para el viajero con vena futbolera no pasaron desapercibidos, más todavía cuando mezclaron la bufanda del Valencia CF con la medalla de oro. Entre el ruido de la terminal se distinguió un «estos chicos son los que han quedado campeones». Los Sub-19 hab sido portada y han abierto informativos en todas las televisiones.

Listos para la pretemporada

Ferran Torres y Hugo llegan con la ambición multiplicada, dispuestos a exprimir el impulso en clave Valencia CF. Han competido y han disfrutado, pero ahora toca aparcar el sueño para tomar el desafío. El extremo está listo para dar un salto en el primer equipo. El central está en otro escalón, también importante. Su realidad hoy es el Mestalla, tiene las ideas claras y el foco en filial. Los dos se van a subir a la pretemporada en marcha, pero con ritmo. Eso es lo que toca desde ya. Los dos afrontan un curso clave. El talento está, tienen que acompañar el proyecto y la confianza.

Ferran quiere pisar el acelerador y lo proclamó después ganar la final ante Portugal: «Voy a luchar por tener un sitio y ser titular en el Valencia». El de Foios quiere ser importante y siente que está preparado para dar otro salto en rol, responder ofreciendo rendimiento sólido.

En Armenia se ha visto un jugador superior a la media, enfocado en registrar su talento individual al servicio del equipo, se ha hecho evidente lo que es y lo que puede llegar a ser cuando la apuesta pasa por la continuidad y la confianza auténtica. Ferran ha cogido temperatura competitiva... enfriarlo puede ser un error.