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Análisis

Valencia CF: un equilibrio en riesgo

El fichaje de Rodrigo por el Atlético rompe la cohabitación en las dos últimas campañas entre Meriton con Alemany

Valencia CF: un equilibrio en riesgo

El traspaso de Rodrigo Moreno al Atlético de Madrid pone en riesgo el equilibrio del modelo de gestión que ha llevado al Valencia a la regeneración deportiva en las dos últimas temporadas. El distanciamiento entre el tándem formado por Marcelino García Toral y Mateu Alemany, con el máximo accionista Peter Lim, se ha precipitado en el momento más inoportuno, justo cuando tras la conquista de la Copa del Rey, el club de Mestalla empezaba a recuperar prestigio ante los tres grandes, Barcelona, Real Madrid y Atlético.

Con la reordenación interna llevada a cabo por Mateu Alemany desde la primavera de 2017, Peter Lim había aceptado un rol en apariencia secundario. No es que la forma de ser del empresario singapurés hubiese cambiado en exceso. Le encanta ver fútbol, mantenerse informado de todo aquello que acontece en el Valencia (con revistas de prensa detalladas) y seguía en contacto con gente de fútbol: representantes, exfutbolistas célebres, asesores.

Lim ve partidos y pregunta por jugadores que le llaman la atención y escucha consejos de posibles incorporaciones. Sobre esa premisa, Lim no ha dejado de proponer nombres de posibles fichajes que, a diferencia de sus irregulares primeros años de gestión, esta vez no pasaban el filtro técnico de Alemany y Pablo Longoria. Unas negativas que, pese a ser reiteradas, Lim aceptaba con cordialidad porque Alemany se había ganado un respeto por la recuperación de los resultados.

Por contra, Alemany sabía cómo compensar a Lim el protagonismo perdido, utilizando la influencia que el magnate asiático atesora para desbloquear operaciones en las que la presencia de un inversor abre puertas selladas, como tener audiencia privada con Nasser Al-Khelaïfi, presidente del París Saint Germain, para desbloquear el fichaje de Guedes. Lim bajó a la arena y negoció el acuerdo, mientras Alemany y Anil Murthy se retiraron a almorzar en una céntrica brasserie de la capital francesa. Sobre esa armonía, completada con la función institucional de Murthy, el Valencia volvió a ser campeón de Copa.

La convivencia, de la que Alemany afirmó que se basaba más en el vínculo de la confianza que en los contratos, ha saltado a la hora de hacer evolucionar el proyecto. Con el valor de la plantilla del Valencia al alza, con una tasación global de casi 500 millones, han regresado las ofertas. La marcha de Rodrigo, que se asumía en junio pero que supone un contratiempo a escasos días que empiece LaLiga, ha sido la última gota de varios desencuentros que se enfriaron con la urgente cumbre en Singapur entre Lim, Alemany y Murthy.

En un comunicado personal previo a ese viaje, Murthy aseguraba que la plantilla estaba confeccionada «al 90%» y recordaba la existencia de un máximo accionista que había respaldado «casi todas las decisiones». En otras palabras, justificaba el derecho de Lim a aportar su voz en el remate de una planificación que le había sido negada por un Marcelino y Alemany, además, con la popularidad por las nubes con la conquista de la Copa.

La negativa al ofrecimiento de Meriton para el regreso de Otamendi, el desencuentro en las incorporaciones para ampliar el fondo de armario del banquillo (Laguardia, Rafinha) y sobre todo el rol de Kang In Lee, en el que el club tiene grandes esperanzas deportivas y comerciales pero Marcelino no quiere precipitar su evolución formativa, han alejado a los dos bloques. La salida de Rodrigo, de la que Alemany y Marcelino fueron conocedores con el acuerdo consumado, eleva la tensión y agita un entero proyecto.

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