Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Toda la identidad recae en Parejo

Las dificultades para atacar en estático evidencian la necesidad de encontrar un sustituto al capitán, que ha disputado 98 de los 108 partidos oficiales desde la llegada de Marcelino - El Valencia tuvo solo el 36'9% de posesión ante la Real Sociedad

Toda la identidad recae en Parejo

El aparatoso final de encuentro contra la Real Sociedad, con el balón al palo sin portero de Rodrigo, el penalti fallado por Kevin Gameiro o la catarata de errores que llevaron al empate visitante final, han desplazado otra de las conclusiones, ya conocidas del pasado, que dejó el estreno de LaLiga en Mestalla: la dependencia absoluta por parte de los blanquinegros de Daniel Parejo Muñoz, su director de juego y líder espiritual del proyecto. Sin el centrocampista de Coslada, ausente por una sanción no anulada por impedimento burocrático, las notorias dificultades del conjunto de Marcelino García Toral para atacar en estático se vieron reflejadas en varias estadísticas como la posesión, 36'9 % contra 63,1 % rival, y en los pases realizados: el Valencia solo combinó 366, por debajo de la media de 420 de toda la temporada pasada. Unos números que refuerzan el mensaje de Marcelino de encontrar una réplica a Parejo en los doce días que quedan de mercado.

Sin el capitán, las costumbres del Valencia sobre el terreno de juego cambiaron. La labor en el corte de Geoffrey Kondogbia y Francis Coquelin permitieron gozar de ocasiones al contragolpe, a la carrera de Guedes y Gameiro, pero el equipo se tornó muy plano y previsible en la generación de juego cuando la Real Sociedad se replegaba. Con Carlos Soler plenamente aclimatado a la banda derecha en los dos últimos años tanto en el Valencia como en la selección sub'21, el equipo necesita un perfil creativo en la medular, razón por la que el cuerpo técnico insiste en Rafinha Alcantara.

El mandato de Marcelino en el Valencia se sustenta, sobre todo, en la exitosa apuesta por Parejo. Como documenta el historiador Carlos Rosique, de 108 partidos oficiales dirigidos por el técnico asturiano, Parejo ha jugado un total de 98. Las escasas ausencias se han debido a seis partidos por sanción: tres en la temporada 17-18, frente a Alavés, Las Palmas y Celta, dos el curso pasado de nuevo ante el Celta y el Krasnodar, y el pasado domingo con la Real Sociedad. El año pasado se perdió por lesión los duelos frente al Ebro, Girona y Young Boys, y en la 17-18 descansó en la penúltima jornada ante el Girona, con la plaza de Liga de Campeones ya asegurada.

En el resto de partidos, Parejo no ha tenido tregua y lo ha jugado casi todo. Las raras veces que ha sido sustituido se han motivado por resultados ya asegurados, como victorias holgadas frente a Huesca, Levante UD, Málaga, Alavés en Liga, Zaragoza en Copa o Villarreal y Celtic en Europa, y para recibir la ovación del público en el Valencia-Deportivo con el que se cerraba la campaña 17-18 y que servía para festejar en Mestalla el regreso a la Champions. Solo en una ocasión, bajo la regencia de Marcelino, la salida de Parejo se ha debido a una razón de fuerza mayor: la lesión en la final de Copa frente al FC Barcelona, cosido a dolorosas rampas.

Mientras se retiraba por la banda del Benito Villamarín, Parejo había detenido el cronómetro de la temporada en un total de 4.782 minutos. Una carga excesiva que el cuerpo técnico quiere rebajar ostensiblemente para evitar el riesgo de lesiones del capitán y poder optimizar su mejor rendimiento. La armonía y complicidad entre Parejo y Marcelino ha sido total en estos dos años. A los dos meses de entrenamientos, el jugador afirmó que el técnico asturiano era uno de los que más había influido en su carrera. Y un abrazo en el mes de enero tras marcar al Valladolid dejó claro el mensaje de que el vestuario no aceptaba un posible despido del técnico.

Compartir el artículo

stats