La lesión en el ligamento del tobillo derecho de Carlos Soler (València, 1997) le duele a todo el valencianismo. La torcedura que se produjo el canterano blanquinegro en el entrenamiento del pasado miércoles llega, como toda dolencia, en un mal momento, pero más si cabe para Soler, que estaba pasando por una de sus mejores etapas de forma desde que ascendiera al primer equipo en enero de 2017. Soler había iniciado la temporada en el mismo estado de gracia con el que había finalizado el anterior, con la poderosa carrera ganada a Jordi Alba antes de dar la asistencia del segundo gol a Rodrigo.

El parte médico no informa de un tiempo de convalecencia definido, que se estima que pueda rondar entre el mes y mes y medio de baja. El jugador (que abandonó Paterna en muletas) precisó de inmovilización inmediata, reposo funcional del miembro, tratamiento médico y fisioterapia. «Tras la valoración inicial en la Ciutat Esportiva se practicaron pruebas de imagen, cuyo resultado es una lesión ligamentosa en el tobillo derecho que compromete al compartimento lateral parcial de la sindesmosis tibioperonea, con gran componente inflamatorio en zona», detalló el Valencia en su nota oficial. Cabe recordar que Soler ya sufrió una lesión similar en diciembre de 2017, en el mismo tobillo, al ser cazado en un Getafe-Valencia por el delantero rival Ángel y, con una posterior recaída, estuvo ausente durante 50 días. El jugador tardó, como es lógico, en volver a encontrar su estado físico más óptimo hasta completar una maratoniana temporada el año pasado, con más de 60 partidos oficiales entre el Valencia y la selección.

La baja de Soler comporta consecuencias personales, colectivas e institucionales. El equipo, con todos los interrogantes de mercado por resolver, perderá en las primeras jornadas de Liga y el inicio de la Liga de Campeones a un jugador convertido por derecho propio en titular indiscutible. El cuerpo técnico estaba encantado tanto con el rendimiento como con el compromiso del futbolista valenciano.

La segunda consecuencia es de índole personal. El centrocampista, que ya ha completado el ciclo con la sub'21 ganando el Europeo de la categoría, estaba en la prelista de 52 jugadores del seleccionador Robert Moreno de cara a los próximos encuentros de España frente a Rumanía e Islas Feroe.

Y, por último, queda por ver si la lesión de Soler puede reforzar la voluntad del cuerpo técnico de Marcelino García Toral de incorporar a un nuevo futbolista antes del cierre de mercado, el día 2 de septiembre. Con los focos puestos en el futuro de Rodrigo Moreno y en su posible sustituto en caso de ser traspasado al Atlético de Madrid, Marcelino ha insistido por activa y pasiva en la llegada de un centrocampista de vocación atacante que pueda desempeñar las funciones de Dani Parejo y que sea lo suficientemente versátil para caer en otras demarcaciones, como el extremo. En este sentido, la petición del técnico asturiano de contratar a Rafinha Alcantara, frenada en primera instancia por Peter Lim por razones médicas, vuelve a cobrar protagonismo. El momento, sin embargo, ya no parece tan propicio como cuando se encarriló el primer acuerdo, en torno a los 15 millones de euros. El centrocampista brasileño ha empezado LaLiga con muy buen nivel y las lesiones de Luis Suárez y Dembelé lo convierten, a ojos del técnico Ernesto Valverde, en titular para los azulgrana. La complicada cohabitación entre Lim y Marcelino dificulta también la vía de un refuerzo por Soler.

Ferran Torres o Daniel Wass

El partido más inmediato es mañana en Balaídos y Marcelino podrá elegir entre Ferran Torres, sustituto natural de Soler, o en una opción más conservadora, a Daniel Wass. El jugador danés ya se había acostumbrado al lateral, pero en esa posición Marcelino también puede recurrir a Cristiano Piccini.