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Lim es el culpable

Lim es el culpable

Tres meses y un día después de volver a gritar campeones en Heliópolis, el proyecto que de forma tan brillante ha liderado Mateu Alemany durante las dos últimas temporadas se nos muere entre las manos. La crisis generada desde los despachos de Meriton en Singapur no admite medias tintas. Querer de verdad al Valencia obliga a no ponerse de perfil ante la enésima boutade de la propiedad.

Peter Lim -él sabrá los motivos- ha dinamitado un departamento técnico que provocaba admiración en Sevilla o Villarreal y empezaba a causar cierta inquietud en el Atlético de Madrid. Esa es la puñetera realidad a una semana del cierre del mercado de fichajes. El Valencia ha dejado pasar una excelente oportunidad para crecer y reforzar la excelente plantilla que ya tiene. En las primeras dos jornadas de la temporada, Barça y Madrid se han dejado puntos en el camino. Aquí, como toda la vida, en lugar de hacer bien las cosas para volver a pelear por ganar la Liga, ya estamos inmersos en otra guerra civil cuando todavía no han cicatrizado las heridas de la anterior.

Si hay que ir a la trinchera, se va. Es una locura poner piedras en el camino de dos profesionales que -con sus errores- han sacado al murciélago del lodazal en el que el propio Lim había sumergido a la SAD. Escucho y leo que Marcelino debe dimitir si no está de acuerdo con el propietario y no salgo de mi asombro. ¿Tan desagradecidos somos con el entrenador que ha metido al equipo en Champions League dos años consecutivos, además de conseguir una Copa del Rey? ¿No tendrá más sentido denunciar, con educación pero con firmeza, los desmanes del dueño antes de que llegue el día 2 de septiembre y no haya solución? ¿Alguien entendería que no se produzca un fichaje de nivel cuando se marche Rodrigo?

Además de ignorante en materia futbolística, Peter Lim demuestra ser un desagradecido. Negociaciones al margen (opción de compra de Kondogbia, fichaje de Maxi Gómez, renovaciones de Parejo, Carlos Soler o Kang In, venta de Murillo...) Mateu Alemany ha sido un portavoz descollante y un hombre de club firme y tenaz en asuntos como la Supercopa de España, la multa de Bruselas o los atropellos del VAR.

Todos esos que, cansados de sus reivindicaciones públicas, ahora reclaman a voces la dimisión de la doble M por sus discrepancias con el propietario llevan la penitencia adherida al pecado. Les echaréis de menos. Pero entonces será tarde. Muy tarde. Como ocurre siempre en València.

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