Albert Celades se presentó ayer como el nuevo entrenador del Valencia CF a sabiendas de que el reto que tiene por delante es difícil. Extremadamente difícil. Deberá sustituir a un Marcelino que en dos temporadas ha logrado clasificar al equipo para la Liga de Campeones -el club venía de dos temporadas aciagas mirando de frente incluso al descenso- y que ha levantado un título, la Copa del Rey, después de once años. Además, deberá enfrentarse a un entorno que no entiende cómo lo hecho en dos años se ha dilapidado en apenas dos meses y a una plantilla que, en su mayor parte, confiaba plenamente en el destituido Marcelino. «Independientemente de la situación, siempre es difícil entrenar a un club tan grande como el Valencia. Sabemos a dónde venimos. Vamos a aportar nuestro trabajo de la mejor manera posible». Fueron las palabras que empleó como carta de presentación.

Cuando saltaba la noticia ayer a mediodía del despido de Marcelino, el técnico andorrano ya andaba con las maletas preparadas para llegar a la capital del Turia. Lo hizo en AVE y, según confirmo él mismo, tras haber visitado en los últimos días Singapur para conocer al propietario del club, Peter Lim, en un movimiento de mercado que definió como «muy rápido».

Esta será la primera experiencia de Celades como entrenador en primera división. Su trayectoria en los banquillos: seleccionador sub-21 de España desde 2014 hasta 2018 y ayudante de Julen Lopetegui en el Real Madrid en el inicio de la temporada pasada, hasta que fue destituido, así como de Fernando Hierro durante el Mundial de Rusia -cuando precisamente Lopetegui fue despedido por el anuncio de su fichaje por el club de Chamartín-.

Con esa escasa experiencia, una de los principales interrogantes es el estilo de juego que empleará. «Somos conscientes del buen trabajo de Marcelino en estas dos temporadas. Nuestra opinión es que se han hecho cosas muy buenas que queremos seguir fomentando y alimentando», señaló. No obstante, a la vista de cómo jugaron sus equipos, sería previsible una mayor apuesta por la posesión del balón respecto a Marcelino.

Si bien su experiencia como entrenador no es amplia, lo que nadie puede negar -no era así con el caso de Gary Neville- es que Celades sí conoce el fútbol español. Como jugador defendió las camisetas del Barcelona, el Real Madrid, el Celta y el Zaragoza, y ya sabe lo que es Mestalla: «Uno desea siempre una llamada como esta, estamos en un grande, por lo tanto el reto es muy grande. Conocemos la responsabilidad que tenemos, el estadio, una afición increíble, un equipo muy bueno acostumbrado a pelear por las primeras posiciones», insistió.

Asimismo, Celades recalcó que en el Valencia «el objetivo es salir a ganar todos los partidos posibles. Implica máxima exigencia. Tenemos que sondear algunas cosas pensando ya en el próximo partido». Esa cita, por cierto, será el sábado ante todo un «miura», el Barcelona en el Camp Nou -si bien Messi parece que no jugará y puede que Luis Suárez tampoco-. Y de allí habrá que viajar a Londres para visitar al Chelsea en la primera jornada de la Liga de Campeones. Un inicio, desde luego, nada cómodo.

Preguntado por cómo le acogerá un vestuario que estaba volcado con el que era hasta ahora su entrenador, Marcelino, Celades aseguró conocer ese «apego» que había entre los jugadores y el técnico asturiano, si bien incidió en que lleva toda su vida en vestuarios: «Los conozco bien y siempre me dan respeto. Sé la situación que están viviendo y lo puedo entender todo rápido».

Promoción de los jóvenes

Poco antes de la presentación, el presidente, Anil Murthy, justificó el cese de Marcelino en la falta de promoción a los jóvenes. Celades, que sobre todo se ha dedicado a formar a valores en proyección -algunos de ellos ahora en la primera plantilla del Valencia como Soler o Gayà-, se desmarcó aduciendo que intentará «poner jugadores que van a ayudar a ganar partidos, más allá de la edad que tengan, 35 años o 17». «Al final, a los entrenadores nos van a salvar los resultados», esgrimió. A Marcelino no lo salvó ni eso.