Han pasado ya muchas horas desde ese minuto 87 del partido frente al Getafe y en el Valencia CF todavía no tienen una explicación. ¿Por qué no revisó el árbitro andaluz José Luis Munuera Montero esa jugada con la ayuda del VAR? ¿Por qué decidieron por él en una acción tan determinante para el desenlace del encuentro? ¿Cuál es el argumento reglamentario por el cual esa acción de Marc Cucurella ni siquiera es dudosa de se castigada con penalti? En el club están que echan chispas con lo que consideran un error claro y manifiesto pero sobre todo con el hecho de que nadie alertara de esa posible infracción al árbitro, que seguramente ni siquiera vio la jugada porque estaba tapado por una maraña de jugadores.

Sí lo vieron los aficionados que se ubican detrás de la portería y los jugadores que estaban delante cuando el futbolista del Eibar sacó ayudándose con el brazo ese balón rematado por Rodrigo Moreno que se colaba en la portería. Ya en el vestuario, la desesperación era todavía mayor al ver a través de la televisión la jugada que podía haber significado el 4-3, una victoria que el equipo necesitaba en un momento delicado como el que atraviesa.

¿Admite dudas la acción protagonizada por el jugador del Getafe? Según las reglas de juego aprobadas por la IFAB (International Football Association Board) para esta temporada 2019/20, desde luego que no. En las mismas se especifica claramente que «cometerá infracción el jugador que toque el balón de manera voluntaria con la mano o el brazo, incluido el movimiento en dirección al balón con estas partes del cuerpo», y también si toca el balón cuando «la mano o el brazo se posicionan de manera antinatural y consiguen que el cuerpo ocupe más espacio». Ambas definiciones se adaptan perfectamente a lo que hizo Cucurella.

Tampoco ofrece dudas el protocolo del VAR, porque uno de los supuestos en que el video arbitraje puede intervenir para modificar la decisión del árbitro es la posibilidad de un penbalti no pitado. E el mismo se puede leer además que «no se modificará la decisión inicial tomada por el árbitro a menos que la revisión de la jugada demuestre claramente que la decisión constituyó un error claro, obvio y manifiesto», cosa que en efecto ocurrió. Además, especifica que «solo el árbitro podrá iniciar una revisión, el VAR (y el resto de miembros del equipo arbitral) únicamente pueden recomendar al árbitro que esta se lleve a cabo. La decisión final será siempre del árbitro, ya sea a partir de la información del VAR o después de haber realizado una revisión en el terreno de juego». Según lo que vimos en Mestalla, por alguna razón, ya sea técnica o de apreciación, no se utilizó ninguno de esos recursos para clarificar un posible error que decidía un partido a escasos minutos del final.