Carol pudo hacer el 2-1 cuando faltaban tres minutos para el noventa. Buen desmarque (en su enésima llegada al área), gran pase de Sandra y buen control, faltó afinar la vaselina por encima de Ana Vallés. El balón se fue alto. Una pena. A esas alturas, el oxígeno escaseaba. El partido tuvo temperatura -climática y fútbolistica- y la exigencia física fue alta. Mucho duelo, mucha pizarra, pierna fuerte, calidad, mucha ida y vuelta, velocidad y un rival potente como el Real Madrid, todavía Tacón por puro papeleo. Fue un gran choque empastrado por las decisiones de la colegiada Amy Peñalver. La cuadrilla arbitral no tuvo una mañana acertada, falló en todas las direcciones, pero concentró el mayor número de errores en la parte valencianista. La frustración y la rabia fueron un enemigo añadido. El saldo: un penalti al límite de Nicart sobre Ubogagu, transformado con arte por Lorena Navarro, y la expulsión de Irene Ferreras, al final del partido, por protestar que el tiempo extra todavía no se había cumplido.

El arbitraje fue una cruz. La cara la puso Curtin. La atacante norteamericana jugó los mejores minutos de la temporada y tuvo un efecto revulsivo. Cuando parecía que las de Irene Ferreras no encontraban la forma de hacer daño al Tacón, Cara -Curtin- activó el ataque por movilidad, intención y asociación, barrió todo el frente y conectó de manera brillante con Carol para asistir a Mari Paz, que apareció cuatro jornadas después para firmar el empate. El objetivo era ganar tras la derrota ante el Betis, pero se pudo perder.

El Valencia CF arrancó firme, con la intención de dominar a un rival que cambió su forma para cerrarse y buscar la contra. David Aznar blindó el centro del campo con Thaisa, Kaci y la pequeña Lorena, pura energía. Irene apostó por Gio en lugar de Sandra en la sala de máquinas y resolvió las bajas de Cubedo y Beltrán (ausencia de enorme influencia) con Flores en izquierda y el debut de María Jiménez en la línea de tres centrales. La defensa dejó buenas sensaciones pese a la exigencia que le plantearon Sofia Jakobsson y la hiperactiva Jessica Martínez. Se retiró después de sufrir calambres y en su lugar (minuto 68) entró María Ortiz, otra chica del filial que ocupó el lateral derecho. Ahí se produjo un cambio de organización fundamental, el sistema pasó de 3-5-2 a 4-4-2 y el Valencia CF se encontró más firme para defender y más suelto para atacar, sobre todo, por la energía nueva de Cara Curtin, que aceleró el ritmo general y abrió grieta en la línea de cuatro Peter, Daiane, Ainoa Campo, Ohale. Sandra se sumó para romper con el ciclo de calma tensa que convirtió en protagonista en área propia a Mari Paz.

El Tacón fue de menos a más y sólo se quebró en la recta final. El Valencia CF sufrió en las transiciones, con los balones cruzados a la espalda de las centrales, donde se hizo evidente la velocidad y el físico del rival. Sobre todo, sobre la zona de Nicart. Todo el plan se movió en esa dirección, para explotar la carrera de Ubogagu. Jennifer Vreugdenhil se hizo grande siempre y sacó un gran mano a mano ante la anglonigeriana. No hubo casualidades.