El Valencia CF y Mateu Alemany ya están negociando para tratar de llegar a un acuerdo con el que formalizar la salida del todavía director general del club de Mestalla. Levante-EMV ya publicaba el pasado diez de octubre que Alemany está «en el limbo» y que su salida era inminente. Días después se confirma este extremo. La intención de las partes es cerrar este capítulo cuanto antes después de que haya sido imposible que recupere las atribuciones ejecutivas inherentes al cargo tras ser apartado de él por Meriton semanas atrás.

Ahora Meriton tiene cierta prisa por solucionar la patata caliente que le supone Alemany, después de que haya dado diversos bandazos en este sentido, y tiene prisa porque hasta que no se produzca de manera oficial la salida del director general, no comenzará a confeccionarse el nuevo proyecto, más allá de que el presidente Anil Murthy y el propietario Peter Lim, han recabado información de diferentes perfiles y tienen varios nombres sobre la mesa. En este sentido, según ha podido confirmar este periódico, Anil Murthy se encuentra estos días en Singapur, a donde viajó el pasado martes, y desde allí está trabajando en la confección del nuevo proyecto junto al propietario. Se espera su regreso para el partido del sábado, día en que el Valencia CF juega contra el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano.

Desde el pasado verano está sobre la mesa la posible salida de Mateu del club. Primero cuando se dio cuenta que el modelo de gestión deportiva había cambiado y que ya no era él quien tomaba las decisiones. Consultó al presidente Anil Murthy si esto era así y este le confirmó que efectivamente, que las decisiones importantes en materia de planificación se tomaban desde el verano en Singapur, o lo que es lo mismo, las tomaba Peter Lim. Esto desembocó en una tremenda crisis que se saldó con una reunión entre el director general y el propietario del Valencia CF a principios de agosto tras la que se firmó algo así como un «entente cordiale» que quedó en la teoría y no se llevó a la práctica a pesar de que Lim le dijo que contaba con él y no quería que abandonara el club, que era la intención incial de Alemany porque sentía que se le había faltado el respeto. Pero Lim contaba con un arma en su favor, una cláusula de rescisión en el contrato del director general por la que tenía que pagar entre tres y seis millones de euros si quería romper el contrato. Era eso, o ir a juicio, algo que Mateu nunca se llegó a plantear.

Solo unas semanas después se demostró que el pacto servía de poco porque Peter Lim decidió traspasar a Rodrigo al Atlético de Madrid por 60 millones y llevó él personalmente la negociación sin que nada supiera Mateu hasta el día en que había llegado a un acuerdo con el club rojiblanco. Acuerdo que finalmente no se llevó a cabo por los problemas financieros del equipo madrileño. Mateu aguantó el verano pero ya barruntaba volver a pedir salida y más cuando el 11 de septiembre se produjo el cese de Marcelino García Toral y el fichaje de Celades y tampoco se contó con él. Tirar al entrenador y fichar a otro y no contar con él era suponía una vulneración evidente de sus competencias.