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Kempes: "Ojalá Parejo me supere pronto"

El Matador, con 13 goles de falta directa, se muestra encantado con que el actual capitán del Valencia esté a un solo gol de igualarle en tantos de golpe franco - Parejo supera a Mijatovic, Mendieta y Villa en una lista liderada por Waldo Machado, con 14 dianas

Kempes: "Ojalá Parejo me supere pronto"

Con Daniel Parejo Muñoz (Coslada, 1989) el valencianismo ha recuperado una sensación olvidada en los últimos tiempos: la feliz expectativa de un posible gol en cada golpeo de falta directa. El capitán del Valencia, con su espléndido golpe franco en San Mamés, ya suma 12 dianas en este género de histórico predicamento en Mestalla. Según recoge la base de datos Histoche, con su docena de goles Parejo está a un solo tanto de igualar los 13 goles de falta marcados por Mario Alberto Kempes y a solo dos de los 15 anotados por Waldo Machado. Parejo ha superado en su etapa valencianista a Pedja Mijatovic, autor de siete goles de golpe franco, los 6 de David Villa, los 5 de Subirats, Mendieta, Baraja y Tino Costa, y los 4 de Pasieguito, Solsona, Penev y Vicente.

Parejo está a un solo peldaño de Kempes. La ferocidad en el golpeo de los libres directos del delantero cordobés propició que fuese el primer jugador de toda la historia al que todo un estadio coreó su nombre. El «Keeeempes, Keeeempes» sonó por primera vez el 4 de diciembre de 1977 cuando en el minuto 83, con el Valencia ganando cómodamente al Elche por 3-1, Mestalla empezó a corear a su ídolo. La falta acabó en gol y la melodía mágica se escucharía hasta el 25 de abril de 1993, cuando Kempes escogió que uno de sus tres goles de falta al PSV Eindhoven en su partido de despedida fuera batiendo de falta a Van Breukelen. Levante-EMV se puso ayer en contacto con el goleador más carismático de la historia del Valencia, para que valorase la proximidad de Parejo a su estadística. Con su habitual humildad, Kempes aseguró que «Parejo es un futbolista virtuoso, yo solo me preocupaba de pegarle fuerte. Si llega a superar mi registro, yo encantado, porque todo serán puntos para nuestro Valencia. Ojalá suceda pronto».

«Mi técnica de golpeo no se podría definir ni como técnica. Era potencia, darle fuerte», señala el Matador. En Parejo, en cambio, «se nota que hay mucho entrenamiento detrás, mucha constancia, por la que ha acabado adquiriendo una costumbre». Kempes reflexiona que para esta clase de jugadas «los brasileros han sido tradicionalmente los especialistas, también los argentinos, pero ahora le pegan bien en todas partes. Mirá Cristiano». El debate de cómo se deben golpear las faltas, en opinión de Kempes, es una discusión en la que la efectividad vence a la estética: «Cada uno tiene su técnica, pero la mejor técnica no es cómo le pegás a la pelota, sino que vaya entre los tres palos. Da igual que sea suave, fuerte o con más o menos calidad, lo importante es festejarlo».

Kempes podría haberse acercado o superado al artillero Waldo (que también optaba por la potencia descomunal) de no ser por la generosidad desbordante de su carácter, que hizo que no le importase compartir las faltas con varios compañeros de equipo, a pesar de la petición recurrente de Mestalla. «Estaban también Solsona, Subi, Bonhoff que le pegaba bárbaro, teníamos un gran ramillete. No solo yo las pateaba». ¿Y de todos los tiros libres, cuál elige Mario? «Con tantos goles que marqué, es difícil que me acuerde de un tiro libre. Todos los goles son importantes cuando uno los marca, pero llevando retirado más de 25 años esa elección es de los aficionados».

Los golpes francos vuelven a ser una especialidad de Mestalla que en el pasado se degustó en las tres frenéticas temporadas de Mijatovic (con su gran gol en la final de Copa de 1995), la curva endiablada de David Villa en Milán frente al Inter, la suave parábola de Subirats en Zaragoza en una noche lluviosa, o las faltas con mira telescópica de Pasieguito, cuando el fútbol aún era en blanco y negro.

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