La derrota ante el Athletic dejó una lectura rotunda en el Espanyol: tiene que ser más bloque. Sobre todo, para defender. El equipo no está fino en las áreas y eso le penaliza, obviamente. El gol es un problema, el equilibrio y la fuerza colectiva también lo son. El estilo de Pablo Machín se siente de forma tenue, pero hay un principio que advierte problemas: «El equipo quiere y presiona», advierte Machín. El Valencia CF dio un paso al frente ante el Sevilla, fue más valiente para salir y jugar en campo contrario, pero Lopetegui no es un especialista del pressing y la transición rápida, como sí lo es el míster del Espanyol. Lille y Osasuna hicieron mucho daño mordiendo alto. La mejora del Valencia CF pasa la prueba del algodón ante un adversario peligroso por imprevisible. El vestuario perico es consciente de la situación, de los problemas y de la importancia de hacerse fuertes en casa. «Se han acabado ya las excusas y tenemos que ganar ya ante nuestra afición», dijo el jueves Diego López. Casi sin tiempo, las consignas trabajadas son evitar la sucesión de pérdidas para ganar en fluidez y -sobre todo- recuperar la actitud y el sacrificio. Concentración y exigencia, como sucedió en los primeros partidos de Machín.