No estaba previsto que el Valencia CF entrenara ayer jueves pero el autobús del club recogió a los futbolistas en el aeropuerto de Manises y los llevó directamente a la Ciudad Deportiva donde los futbolistas se pusieron las zapatillas y entrenaron a puerta cerrada. Y todo después de la contundente derrota que sufrió el equipo el pasado miércoles en Arabia ante el Real Madrid. Que la segunda causa/efecto al flojísimo partido que hizo el equipo en la Supercopa será entrenar en cuanto llegó a València se ha de interpretar como una buena noticia porque la primera fueron las declaraciones de los jugadores y del entrenador en cuanto terminó el bochorno. Gabriel Paulista habló de falta de personalidad, Denis Chersyshev dijo «ahora tenemos que sacar conclusiones» y el entrenador, Albert Celades dijo que al equipo le faltó «más actividad», algo que en su jerga y dado su talante, debe ser considerado.

Desde el punto de vista futbolístico Celades, como dijo en rueda de prensa, trató de pelearle el balón al Madrid poblando el centro del campo pero el equipo no pudo, y tal vez ahí fue donde a los futbolistas les faltó la personalidad que reclamaba Paulista. Después, llegó el problema de la «actividad» de la que habló el técnico, que bien puede traducirse por intensidad o atención. A partir de ahí, la realidad es que ningún futbolista estuvo a su nivel, o mejor dicho, todos estuvieron por debajo de su nivel habitual, por lo que el resultado no podía ser otro. Y todo en el día en que estaba un título en juego y el foco del fútbol internacional miraba a Jeda, donde se jugaba el partido. En cuanto a herramientas para suplir la fundamental ausencia de Rodrigo, Celades optó por no cargar de partidos a Maxi Gómez porque viene de lesión. La conclusión a tanto ingrediente fue un equipo corto en propio campo con y sin balón, con Gameiro demasiado lejos y demasiado solo como para ganar un balón ante Ramos y Varane.

Todo al Mallorca

En el seno del vestuario del Valencia CF la lectura global es que no puede volver a pasar y a ello se aplican todos. En este sentido, no es la primera vez que el equipo, con Celades en el banquillo, tiene partidos en los que se puede afirmar que le entra una pájara -en Lille o en Pamplona-, pero después supo superar ese mal momento, y tal vez el mejor ejemplo sea la victoria en Londres en Champions ante el Chelsea solo unos días después de perder 5-2 ante el FC Barcelona en el Campo Nou. Por ello, el «no puede volver a pasar» se ha de llevar a la práctica y nada mejor que empezar cuanto antes. El equipo ha centrado ahora todo el foco en el próximo compromiso que será en Mallorca el próximo domingo 19 de enero a las 12 horas.

El Valencia CF aterrizó en Manises pasadas las cuatro de la tarde y las caras de los futbolistas eran un poema y no por el cansancio del partido disputado el día anterior por el largo viaje. Ninguno sonreía y todos miraban al frente en cuanto vieron que los medios gráficos -fotógrafos y cámaras de televisión- les estaban esperando. En ese momento fueron más conscientes si cabe del tremendo error que habían cometido en colectivo en Arabia, donde se vio un equipo que pareció haber renunciado a sus señas de identidad, aquellas que le hicieron campeón de Copa ante el Barcelona contra todo pronóstico el pasado mes de mayo. Las mismas que le permitieron meterse en los octavos de final de la Liga de Campeones siendo primero de grupo a pesar de que se enfrentaba a equipos de la talla del Chelsea y el Ajax. A los dos les ganó.