Dos alternativas se abren para salvar la temporada: sacrificar la Eurocopa y prolongar la temporada hasta finales de junio, incluso

principios de julio. De hecho, podrían darse las dos circustancias.

Suceda lo que suceda, el guion de esta temporada y el calendario de la campaña 2020/21 van a quedar comprometidos y comprimidos. La batalla contra la pandemia no sólo va a afectar a las competiciones que están en marcha o previstas, también supone un golpe para el negocio y para el mercado de fichajes. Si la temporada va más allá del 30 de junio el gran pacto para salvar el fútbol también tiene que comprender una prórroga en los contratos de los futbolistas, ya que muchos caducan el 30 de junio.

El mercado va a cambiar y siempre que sea necesario tiene que estar abierto a las nuevas necesidades. ¿Qué pasa con los jugadores cedidos? ¿Qué ocurre con los profesionales que finalizan contrato? ¿En qué escenario se encontrarán los futbolistas que ya han firmado por otro club o van a fichar? Aquí es donde la FIFA tiene que intervenir y dar un paso al frente. El mercado de fichajes va a tener que ser rediseñado; van a ser necesarias derogaciones, prórrogas o ampliaciones. Si el calendario tiene que ser rediseñado, también el mercado necesitará un nuevo trazado adaptado a los tiempos. Todas las partes tendrán que estar a la altura y generar una estación de garantías.

El tiempo para las nuevas altas y bajas tiene que ser modificado. En España, la ventana de trapasos se abre el 1 de julio, aunque en algunos campeonatos de Europa -como Inglaterra- comienza en los primeros días de junio, y termina el 1 de septiembre. Si es necesario meter un mordisco al verano para que las competiciones finalicen, con la mayor normalidad posible, los contrato tendrán que admitir ese matiz. De otra manera, puede ser un caos. El consenso en este apartado también es imprescindible, aunque la diferencia no parece insalvable... siempre que haya buena voluntad, más allá de lo firmado y de la legislación vigente.

Lo que va a cambiar seguro es la forma de fichar. Sin competiciones, sin viajes para ojeadores y directores deportivos por las restricciones...

puede que sin el gran escaparate de la Eurocopa, que siempre tiene impacto en el valor y en los movimientos de los clubes.