«Si tienes la oportunidad de hacer algo por otra persona... debes hacerlo». Las palabras son de Johan Cruyff, pero concuerdan también con la sensibilidad de Carlos Soler. La asociación entre las dos partes es atrevida, pero no es casualidad, de hecho, anuncia una colaboración admirable y genial. El martes se cumplió el cuarto aniversario de la muerte de Johan, los recordatorios se sucedieron, y Carlos aprovechó el momento para dar un adelanto en redes sociales... El futbolista y su gente llevan varios meses trabajando en un proyecto social, mano a mano, con la Fundación Cruyff. Algo bonito se está cocinando con la ciudad de València y uno de sus barrios como marco. El propósito de la colaboración es crear un espacio donde los jóvenes, niños y niñas, puedan jugar al fútbol al aire libre, disfrutar e interactuar. El objetivo es utilizar el deporte como vehículo integrador e impulsar el desarrollo de valores positivos, fomentar hábitos saludables desde el juego. Esas cuestiones son imprescindibles en la visión cruyffista de la vida y en la labor global de su Fundación, encargada de mantener vivo el legado del holandés.

Soler va a capitanear una Cruyff Court y el plan está en la fase definitiva; hablar de tiempos no es fácil por la situación de emergencia que ha desatado el Covid-19, pero el acuerdo con el Ayuntamiento está madurado y la sintonía en las reuniones ha sido buena siempre, conscientes de la oportunidad de alinear València, Cruyff y Soler en la misma obra social. Sólo faltan por rematar cuestiones técnicas, acertar la localización y levantar la instalación, la cancha, con césped artificial de última generación e iluminación. Carlos no pone el nombre y se olvida, la misión de las Cruyff Courts va mucho más allá de una participación puntual, implica compromiso, también atención. Así lo etiende el jugador; por eso ha decidido involucrarse en el proyecto. Las pistas de fútbol 8 serán abiertas para todos; están pensadas para favorecer la vida del barrio y unir a los distintos actores de la comunidad. La Fundación formará un grupo de jóvenes, que asumirán un rol tipo coach, se encargan de mantener las instalaciones y colaborarán en sus actividades, en su gestión, en los eventos o torneos especiales. Trabajo en equipo. El planteamiento es echar una mano donde más se neceita a quienes más lo necesitan, generar oportunidades y contribuir en zonas desfavorecidas, donde la juventud es vulnerable.

Modelo de referencia

La Cruyff Foundation no ha elegido a Carlos tirando una moneda al aire. Al contrario, su perfil tiene valor añadido en la apuesta. Su participación en actividades solidarias ha sido y está en la base de la alianza. Su personalidad y enfoque encajan con esa visión social de Johan. Esa sensatez y ese nivel de implicación encaja perfecto con la misión que protege la Fundación. La Cruyff Court le va a permitir enlazar su preocupación por València con el fútbol. Soler es el embajador ideal por su identidad e identificación, porque es un chaval positivo, accesible y apasionado; también por como enfoca y entiende el juego, por su técnica, por su conocimiento táctico... Es muy Cruyff.

Johan es mucho más que Ajax o Barça, su herencia tiene vigencia en un contexto marcado por el sedentarismo, en una sociedad cada vez más individualista, donde es imprescindible generar modelos de referencia y liderar acciones contra la discriminación de género, por origen, religión o habilidad.

Ahora que pasamos cada vez más tiempo frente a una pantalla, ahora que todo está ultra tecnificado en las escuelas e incluso hay colegios que restringen los días de balón durante los recreos, ahora que hay niños que prefieren chutar de forma virtual, el simple hecho de chutar de celebrar un gol junto a un compañero o compañera es una revolución. El proyecto también es una apuesta por recuperar el fútbol de la calle y el cojunto de experiencias que van ligadas a la mezcla -ideal- de disfrutar más competir. Esta parte también es fundamental para Carlos Soler. Los Cruyff Courts pretende ser una evolución positiva del parque, de la plaza o del polideportivo tradicional. La finalidad es potenciar y redescubrir esa función de punto de encuentro, donde niños y niñas conozcan la importancia del trabajo en equipo.