La operación Diogo Leite está en gestación. En invierno fue una opción auténtica, pero el Valencia CF no pudo dar salida al jugador al que tenía previsto -Mangala- y la acción se quedó sin rematar. Ahora, en un marco repleto de hipótesis en el apartado económico y deportivo, es un poco temprano para advertir el desenlace final entre las partes. Lo sucedido hace unos meses sirve de pie, por supuesto, pero el contexto es otro. Primero, la planificación está sujeta a varios escenarios, relacionados con el impacto del Covid-19 y la clasificación del equipo. Obviamente, no es lo mismo ser club de Liga de Campeones que de Europa League. Después, hay una voluntad clara de reformar y producir un salto en defensa. En esa dirección hay un objetivo marcado: hacer una apuesta fuerte por un central joven, con categoría y proyección, pensado para potenciar la salida de balón desde el perfil izquierdo. Esta condición es básica en la idea de juego de Celades y en las necesidades de la plantilla, con un déficit evidente en este apartado. Ahí, Leite encaja perfecto, por cultura táctica y personalidad.

En este punto, emerge una clave determinante: las necesidades económicas en el Estadio del Dragón. Los portuenses pueden verse obligados a realizar un sacrificio no deseado y abrirse a escuchar ofertas por el joven defensa central, al que podrían traspasar -por una cantidad superior- después de haberlo hecho titular una o dos temporadas. Después, no hay que olvidar el rol que desempeña el jugador en el Porto y el que puede desempeñar la campaña 2020/21.

El club ya buscaba un salto

Las encrucijadas de mercado tienen su peso, pero la llave es la calidad de la apuesta deportiva, cómo se configura la defensa del Porto y cómo la del Valencia CF. La intención de la dirección de fútbol valencianista es reconfigurar el centro de la zaga. Todas las valoraciones encajan y la confianza en el margen de mejora de Leite es total, pero la apuesta es de club. El verano pasado ya se buscó ese salto proponiedo el regreso de Nico Otamendi. En esta ocasión, Leite tiene otro perfil. El portugués ocuparía el lugar de Mangala, como central zurdo, pero con atributos distintos, propios: timing, control a nivel posicional, anticipación... más otras cuestiones evidentes relacionadas con su estatura o su base física.

El rol de guía, cubierto

Gabriel Paulista es el punto firme desde el que edificar. Su rol es estratégico, dentro y fuera del terreno de juego. Por ADN, complementa perfecto a Diogo Leite. El brasileño es más marcador, más agresivo, tiene esa experiencia al más alto nivel, en LaLiga y en el Valencia CF. Lo mismo sucede con Ezequiel Garay. Aunque el argentino tiene otra forma de competir, sus cualidades como guía se han reflejado de manera evidente con Mouctar Diakhaby. Su renovación está en un impasse, queda la duda de cómo volverá de la lesión, pero lo lógico es que renueve... siendo que el ok de las partes quedó cerrado a falta de firma antes de la lesión.

Leite necesitará contexto, confianza para crecer, un tutor y ahí Paulista, Garay o los dos pueden ejercer como lo está haciendo Pepe en el Porto. Con 29 (Gabriel) y 33 años (Garay), el papel de central de experiencia estaría cubierto con la dupla actual... Salvo ruptura con el argentino. ¿Qué necesidad hay de firmar otro futbolista veterano?

Salida, natural desde izquierda

Leite es sinónimo de presente, pero, sobre todo, de futuro. Está previsto que tenga ese margen para crecer, con la ambición de ser titular, por supuesto, de alcanzar objetivos potentes como la selección portuguesa. En clave proyecto, la intención está clara. En el apartado necesidad futbolística, también: Diogo Leite está pensando para permitir que el Valencia entre en otra dimensión. El portugués es un defensa moderno, concordante con la idea de que el balón salga ordenado desde atrás. Leite está pensado para defender y para aportar ese extra en la capacidad de maniobra desde el perfil izquierdo, de forma natural.

No hay tantos centrales zurdos, no hay tantos centrales zurdos con su mezcla de características, no hay tantos centrales zurdos con su mezcla de características y su proyección. Por eso, la apuesta por Leite tiene valor añadido. La hoja de ruta contempla dos centrales maduros (Gabriel y Garay, salvo fractura o falta de equidistancia entre las partes), un central joven y otro listo para competir. Mouctar Diakhaby tiene vida, pero depende del mercado, de las oportunidades en los dos sentidos. Si llega una oferta por el francés y hay traspaso, no vendrá otro Diogo Leite; en ese caso, el punto de mira está dirigido a otro tipo de objetivo. En el club son conscientes de ese equilibrio, necesario.

Las necesidades del Porto

Leite se ha formado en Olival, su sueño es triunfar en el Estadio del Dragón al que está ligado emocionalmente, pero también es consciente de la coyuntura. Sergio Conceiçao confía en él y ha recomendado no traspasarlo, pero con Pepe y con Marcano, como primera opción en el perfil zurdo, tiene difícil jugar. Leite es un chico serio y enfocado en su carrera, con la ideas claras. Está listo para competir y el destino le ha abierto un objetivo: el Valencia, LaLiga, la Eurocopa 2021. El Porto debe decidir, si vende o no vende. Sevilla, Leicester, Ajax o Borussia Mönchengladbach han llamado a la puerta y han ofrecido cantidades sobre los 15 millones de euros.

¿Por qué joven? ¿Por qué zurdo? ¿Por qué Leite? Ahí están las respuestas. El portugués, con una hoja curricular de impresión en categorías inferiores y con unas cualidades de categoría, no es un capricho. La apuesta responde a un plan y a un objetivo.