La defensa está en el epicentro de la planificación, también en el departamento que se ocupa del filial. La sección fútbol del Valencia CF está trillando opciones y sobre la mesa tiene a Andrei Chindris, uno de los centrales más prometedores del fútbol rumano. Generación 1999, físico imponente, buena lectura del juego, fuerte en los duelos y con categoría para actuar en el sector izquierdo (aunque es diestro), que es un requisito con valor añadido. Los técnicos consideran que Chindris tiene perfil Valencia CF. El jugador interesa y cuadra, pero los números no son fáciles de encajar: el club ha planteado una cesión más opción de compra y Botosani (su equipo) entiende que no puede dejar salir a un chico de su proyección a cero euros. Los rumanos necesitan hacer caja e interpretan que están pidiendo lo mínimo por un central que es internacional Sub-21, que es titular indiscutible (27 partidos jugados) y que tiene la etiqueta de revelación en el equipo revelación de la Liga 1. Ahí está el nudo.

Si el Valencia CF no apuesta -un poco- más fuerte, la oportunidad puede escaparse. Botosani ha tasado al central en una cantidad sobre el millón de euros, pero la operación podría salir adelante con una cifra en torno a los 600.000 euros y un porcentaje de un futuro traspaso. Otras alternativas como la cesión con compra obligatoria no se ha planteado; el jugador tiene un uno más uno de contrato.

Medir cada euro invertido

El mercado está condicionado por el estallido del Covid-19 y afrontar este tipo de inversión es más complicado de lo que parece. Demasiadas incógnitas, pese a que se advierte luz al final del túnel. En el caso de Chindris, tener las ideas claras puede marcar la diferencia. Hoy, su destino se aproxima a Alemania, donde hay ojeadores que le han hecho un marcaje estrecho. De hecho, podría entrar en el ecosistema Red Bull a través del Salzburgo, matriz austriaca. En los últimos meses ha sido seguido por clubes de Italia y el FCSB (heredero del Steaua de Bucarest) intentó hacerse con sus servicios en invierno, pero Gigi Becali equivocó las formas. Su última oferta -sobre los 500.000 euros, a primeros de abril- no convence a Botosani y tampoco a Chindris, que siempre se ha visto en el Calcio y prefiere dar el salto, pero fuera de Rumanía. El Celta también ha atacado su fichaje en las últimas semanas, pero equivocó el proceso. Ahí, el Valencia CF tiene ventaja y factores a favor, si los quiere explotar. El handicap son las hipótecas por los gastos en fichajes foraneos -fallidos- para La Academia.

Mestalla, primera parada

Chindris nació en Cluj-Napoca, pero se crió en Huesca. Conoce el país y el idioma, cuestión que facilitaría su adaptación. Aquí, comenzó a jugar con seis años, hasta que volvió a Rumanía con trece. Ingresó en el Universitatea Cluj y en 2017 firmó por Botosani, que lo ha rodado en la segunda a través del Academica Clinceni y el Stiinta Miroslava.

El central quiere jugar en España y está dispuesto a hacer una primera temporada con condiciones de futbolista del filial. La idea es hacer pretemporada con el Valencia CF y competir con el Mestalla. Es un chico maduro, sabe lo que quiere y está dispuesto a ajustarse a la exigencia, como hace sobre el campo.

Proyección internacional

El fútbol está lleno de encrucijadas, pero Chindris emerge como oportunidad por la relación calidad-precio-futuro. El central está llamado a llegar a la selección a medio plazo. Internacional Sub-18, su buen arranque de temporada le convirtió en titular en la Sub-21 de Mirel Radoi, que ahora es responsable de la absoluta. A un año vista tiene el objetivo de los Juegos Olímpicos de Tokio. No hay tantos jugadores en su posición y no hay tantos con sus cualidades en el marco del fútbol rumano. Chindris se ha colocado por delante de Denis Ciobotariu (CFR Cluj) y Ricardo Grigore (Dinamo de Bucarest). A la espera de la evolución de Radu Dragusin (Juventus Sub-23), comparte foco con Alexandru Pascanu e Ionut Nedelcearu para el eje de la retaguardia rumana. Las esperanzas están puestas en la generación que acudirá a Tokio con Ianis Hagi como bandera y talentos como Valentin Mihaila, Alexandru Cicaldau, Dennis Man, Ionut Radu, George Puscas, Florinel Coman, Olimpiu Morutan... la efervescencia se siente.

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Chindris ha sorprendido este curso comportándose como un futbolista con más de 100 partidos al lomo. En el Botosani 2018/19 sumó 12 partidos y un gol, pero en verano arrancó fuerte hasta el punto de ganarse la confianza total del entrenador Marius Croitoru y entrar en el círculo de capitanes por personalidad, control, ritmo, buen desplazamiento en largo, con un 70% de duelos defensivos ganados y un promedio de más de 10 pases progresivos por partido. Lo ha jugado todo, con 20-21 años y en una zona delicada, de máxima exposición.

La opinión de Mutu

Adrian Mutu (41 años) tomó el relevo de Radoi en la Sub-21 en enero y ha seguido la evolución de Chindris al detalle. Para el ex jugador de Fiorentina, Juve o Parma (entre otros), el central tiene un gran margen de crecimiento y tiene una percha (cerca del 1,90 de altura) imponente. Así lo describió hace un mes, en el canal Pro X de Rumanía; "El interés que despierta está justificado, ha tenido una buena temporada en el Botosani y su impacto se reflejó en las victorias del equipo, que tuvo un buen curso. En el futuro, Chindris se convertirá en un jugador básico de la selección nacional". El Valencia CF tiene al central sobre la mesa; es una posibilidad concreta, pero tiene que plantearse si le conviene o si puede dar el siguiente paso.