El entrenador de la Atalanta, Gian Piero Gasperini (62 años), ha reconocido en una entrevista a La Gazzeta dello Sport que estuvo enfermo de coronavirus durante su estancia en València el 9 y el 10 de marzo para jugar una vuelta de octavos de final de la Champions a puerta cerrada en Mestalla que nunca debió haberse disputado. El técnico italiano ha confesado que la noche previa al partido él ya se encontraba con síntomas de sufrir la covid-19. «Tuve el coronavirus y hasta pensé en la muerte. Me sentí mal antes del Valencia, el día del partido (10 de marzo) estaba aún peor. Sin fiebre, pero estaba hecho un desastre. Nunca me hicieron PCR, aunque el serológico confirmó que tuve la enfermedad», explica dos meses y medio después.

El técnico italiano detalla por todo lo que pasó durante los días siguientes hasta el punto de pensar en la muerte. «El día antes del partido de Valencia estaba enfermo, la tarde del partido peor. No tenía una cara buena en el banquillo. Era el 10 de marzo. Después de Valencia, las dos noches siguientes en Zingonia dormí muy poco. Cada dos minutos pasaba una ambulancia. Ahí cerca estaba un hospital. Parecía estar en una guerra», remarca.

«Durante la noche pensaba: si entro al hospital, ¿qué va a pasarme? No puedo irme ahora, tengo muchas cosas que hacer. Lo decía bromeando, pero lo pensaba de verdad. Un chef nos regaló postres y botellas de champán, un Dom Perignon. Lo probé y dije: «Esta es agua». Los demás me miraron raro y dijeron: 'Pero si es una delicia'. Y el postre, la 'colomba', me parecía pan. Había perdido gusto y olfato. Había perdido el gusto, pero no sabía que tenía el virus. Entonces, las pruebas serológicas tomadas hace un par de semanas confirmaron. Tuve la Covid-19».

El Valencia anunció días más tarde que tenía 5 casos positivos a los test de la Covid-19, entre ellos los futbolistas Ezequiel Garay, Mangala y José Luis Gayá, así como el delegado Paco Camarasa y el doctor Aliaga. Tras una segunda batería de test se reveló que el 35% de la plantilla estaba contagiado. La ida, disputada 20 días antes en Milán, se consideró como una bomba biológica y el gran detonante del contagio masivo en Lombardía.