El VAR ha convertido este Valencia-Osasuna en una primera final por la Champions. Un penalti de Diakhaby sobre Vezo detectado en el último instante del Derbi y el polémico gol anulado a Rodrigo en Valdebebas han dejado al equipo de Celades más lejos que nunca del objetivo. Un equipo que, con altibajos, nunca terminó de desengancharse de la línea que marca el cuarto puesto y que ahora, en caso de no sumar la victoria en Mestalla, podría quedar prácticamente descartado de la lucha por volver a estar en la Liga de Campeones. «Todavía quedan muchos puntos y a todos nos está costando mucho, está todo muy apretado, pero cada vez quedan menos puntos y hay menos margen de error. Es un partido muy importante para llegar a los puestos de arriba», reconocía Celades en la rueda de prensa previa al choque.

Dado que arbitrajes y VAR no son factores que se puedan controlar, la tarea principal de Albert Celades se centra en recuperar a un equipo que acabó el partido ante el Real Madrid agotado y mentalmente hundido, después de una primera mitad en la que al menos por ocasiones dio la sensación de poder ganar. Apenas hay descanso, no hay tiempo para lamentar ni tampoco para celebrar, en una competición trepidante las sensaciones y la dinámica positiva son determinantes y esa media hora de fútbol en Madrid es el argumento al que agarrarse para dar un giro a la dinámica en que se ha metido el equipo en un momento crucial de la temporada.

Fútbol y solo fútbol. Celades descartó que los frentes abiertos con la federación influyan en las consideraciones del VAR: «Hay gente que piensa que nos han perjudicado por esa mala relación con la Federación por la denuncia de la Supercopa, pero yo me niego a pensar que sea así. Errores cometemos todos pero defiendo totalmente la honestidad arbitral y me niego a pensar que tenga influencia lo que ha pasado este año»

Si recomponer la mente es el primer paso, luego habrá que hacer lo propio con el equipo, analizar la frescura de cada jugador al detalle y decidir el mejor once posible para afrontar el choque ante un rival que se basa en la intensidad y que además llega a Mestalla herido, después de sufrir hace apenas unos días una humillación en toda regla ante el Atlético de Madrid, que le endosó un 0-5 en El Sadar. Aunque no fue lo peor la pareja Mangala-Guillamón ante el Real Madrid, la presencia de Gabriel Paulista de regreso en el equipo es importante en un momento delicado como el que atraviesa el Valencia, se podría decir que incluso simbólica para dar tranquilidad y confianza al grupo sobre todo con la ausencia obligada por sanción de otro de los referentes como Gayà.

Con otra baja confirmada como la de Francis Coquelin para varios partidos, Celades repetirá con Parejo y Kondogbia aunque tendrá que repartir minutos con Carlos Soler y Daniel Wass. La lesión del francés obliga a abrir bien los ojos ante el peligro de perder más efectivos debido a las complicadas circunstancias en que se juega este final de LaLiga, pasando de estar tres meses sin competir a hacerlo cada tres días con una acumulación importante de minutos.

El Valencia tiene tres partidos por delante en los que se lo juega todo. Osasuna, al que tiene que ganar sí o sí, es solo una primera parada. Después le esperan dos salidas consecutivas a Eibar y Villarreal contando con que, a día de hoy y con un solo punto en estos dos primeros partidos post-coronavirus, ha cedido incluso la séptima plaza, la última que le daría pasaporte para Europa, ante el empuje del Villarreal. Esta Liga ha esperado mucho al Valencia, pero todo lo que no sea una victoria supondrá empezar a cavar la fosa de su propio fracaso.