El Valencia CF ha gripado en el estadio de La Cerámica. A 6 jornadas del final, la Champions se ha quedado fuera de su alcance (8 puntos de distancia) y se deja caer hacia la zona media de la clasificación, allí donde habitan los equipos del montón. Es un equipo sin rumbo, ya ni si quiera capaz de negociar los resultados. Estos días se le aplaudía un partido medio digno en Madrid y se tiraban confetis por una victoria pírrica ante el Osasuna. Celades mueve piezas sin que nada varíe de forma sustancial. En Villarreal, el Valencia estuvo tan borroso como de costumbre desde que volvió el fútbol. Es un equipo en caída libre y las consecuencias serán nefastas para un club tan dependiente económicamente de la Liga de Campeones. En esta línea, tampoco podrá consolarse con la Liga Europa. Un desastre.

Pese al arreón final, el equipo blanquinegro sigue tieso. No tiene fútbol y sus delanteros son incapaces de marcar un gol. Todo lo contrario que el Villarreal, su antónimo hoy en la liga española. El conjunto de Calleja, quinto a 3 puntos de la Champions, es un equipo enchufado, que compite cada balón y fabrica ocasiones como el que forja tornillos. Marcó Alcácer, posiblemente el mejor delantero del mundo que sabe vivir en la línea del fuera del juego. Su gol fue el gol de Alcácer de toda la vida: rayando la frontera, empalmó el regalo de Gerard Moreno al segundo palo.

En la slienciosa tarde de la Cerámica, el equipo de Celades arrancó de forma contemplativa, empecinado en un rondo imposible en el medio campo. En apenas 20 mintuos recibió 6 remates, uno de ellos al palo. Luego llegaría el segundo gol en un rondo aéreo entre tres virtuosos técnicos, Asenjo, Cazorla y Gerard Moreno, que no dejaron que el balón tocase el suelo. Gerard la empaló con la zurda con un remate precioso. El 2-0 reflejaba lo que pasaba en el campo: El Villarreal, lanzado por Chukweze y Cazorla, tenía identidad y voluntad ante un equipo vulgar, previsible, entregado al destino. La superioridad amarilla era aplastante. El Valencia CF sólo disparó 3 veces a portería, y ninguna fue entre los 3 palos.

La lesión de Gayà, sustituido por Jaume Costa al filo del descanso, resultó ser otra fatal noticia para el Valencia CF, necesitado de futbolistas comprometidos. No hubo noticias de Carlos Soler y Ferran, ni tampoco de Parejo, diminuto en los últimos partidos, hasta que fue relevado por Kondogbia a la hora de juego. Sin su capitán, el Valencia CF es un equipo hueco. Fue, otra vez, incapaz de gobernar el partido, en gran parte por la su escasa contundencia de su acompañante en el medio, Wass. Antes del cambio, protagonizó la mejor ocasión de su equipo: su disparo salió fuera al golpear en una pierna.

Los cambios -entraron Guedes, Gameiro y Kang In Lee- dieron un poquito de profundidad al Valencia CF. El delantero francés disfrutó de la ocasión más clara, tras un servicio del coreano, en uno a uno ante Asenjo que neutralizó el portero.