El trofeo olvidado del Valencia vuelve a lucir con todo honor en las vitrinas de Mestalla. El club anunció ayer que incorporaba a su palmarés oficial la Copa Eva Duarte levantada por el capitán Vicent Asensi en 1949 frente al Barcelona, en una final fascinante ganada por 7-4 por los valencianos, con prórroga incluída, y que significaría el epílogo de la eléctrica década de los 40. Fue un torneo que entre 1946 y 1953 enfrentó al campeón de Copa contra el vencedor de la Liga y que se puede considerar un título precursor de la actual Supercopa de España. Con esta iniciativa, el Valencia se une a otros equipos, como el FC Barcelona o el Athletic Club, vencedores en tres y una ediciones, respectivamente, que también dieron validez oficial a la competición. Un extremo al que han renunciado, de momento, el Real Madrid y el Atlético, campeones cada uno en una ocasión.

El Valencia, entonces campeón de Copa, se ganó el derecho a disputar la final contra el FC Barcelona, defensor del título de Liga, en una final disputada el 12 de noviembre de 1949 en el estadio Metropolitano de Madrid. Era la segunda vez que comparecía, tras perder 3-1 contra el Real Madrid en el estreno del torneo. Tocado por las bajas del portero Eizaguirre y del extremo zurdo Seguí, el entrenador valencianista, Jacinto Quincoces, alineó a Antonio Pérez, Luis Díaz, Monzó, Santacatalina, Puchades, Pasieguito, Igoa, Giraldós, Mena, Asensi y, reclutado del Mestalla, Fuertes. El veterano Amadeo, interior de la recordada delantera eléctrica, se enfundaba los guantes como portero suplente, en caso de necesidad. El partido fue un intercambio constante de golpes. El Valencia se adelantó por dos ocasiones, pero el Barcelona remontó con cuatro tantos, neutralizados por Igoa y Pasieguito en dos minutos (76 y 77) para ir a la prórroga. En el tiempo extra, Igoa, completó con dos goles su triplete, camino de su mejor temporada como valencianista. Con 19 años, Fuertes, la perla de Benimàmet, redondeó la goleada.

¿Por qué se instauró la Copa Eva Perón, por qué tuvo esa denominación y por qué duró tan pocos años hasta desaparecer incluso de la memoria de los clubes que la disputaron? El origen del torneo está en dos giras argentinas que visitaron España en 1946 y cuyo impacto de imagen auxilió al franquismo, golpeado por la hambruna de gran parte de la población y en el peor momento de su aislamiento internacional, con el triunfo aliado en la Segunda Guerra Mundial muy fresco. En ese país en el que el pan se racionaba en porciones de 150 gramos por día y habitante, la visita en junio de la primera dama argentina Eva Duarte de Perón a Madrid, Andalucía, Galicia y Cataluña fue un acontecimiento propagandístico con un rédito político. En los 18 días de la «Gira del Arco Iris» se cerraron acuerdos por los que la próspera Argentina exportaría cereales, carne enlatada y leche en polvo a España. Meses después, entre diciembre de 1946 y y enero de 1947, visitó España el famosísimo San Lorenzo de Almagro, conocido internacionalmente por la calidad técnica de un juego revolucionario bajo una asombrosa táctica, la llamada WM, que disponía un sistema de 3-2-2-3 en la que sus jugadores, los célebres Pontoni, Martino o Silva, renunciaban al zapatazo y al ataque físico y en tromba, clásico de la racial «Furia» española. El conjunto de «El Ciclón» pasó por Mestalla, el 22 de enero de 1947, en un evento social que puso patas arriba la ciudad. Fue tal la afluencia al campo que hubo que sentar a muchos aficionados en el césped, pegados a la línea de cal, apartándose cada vez que la acción caía a las bandas. Alertado por las exhibiciones de los «cuervos» en los partidos anteriores (incluído un 5-7 a la selección española) el Valencia se esforzó al máximo y arrancó un 1-1.

De aquellas dos visitas nació un título, aprobado en septiembre de 1947 por la Federación Española: «El trofeo María Eva Duarte de Perón, instituido por el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, que fue entregado en la Federación en junio de 1947, sirva de premio al vencedor de un partido que se celebrará anualmente entre los campeones de Liga y Copa de la temporada anterior, para disputarse el título de campeón de campeones». El traumático fallecimiento de Eva Perón en 1952 cortó la celebración del torneo, que no llegó a coger tradición (las finales atraían a un número reducido de espectadores) y que no se recuperaría hasta los años 80, con la actual denominación.