Mestalla señaló a Meriton y nadie más. El valencianismo protestó contra la gestión de la propiedad y pidió la marcha de Peter Lim del Valencia CF a grito de «¡Peter, vete ya!, ¡Peter, vete ya!» Tal y como sucedió una semana en la manifestación por las calles de la ciudad, el valencianismo alzó la voz y expresó su rechazo al máximo accionista. La afición también se acordó del presidente y pidió su salida enérgicamente cuando salió al palco de autoridades con el clásico: ¡Anil, canalla, fuera de Mestalla!». La protesta en el interior del estadio estuvo acompañada por pancartas como la mítica frase del expresidente Arturo Tuzón: «El Valencia será lo que los valencianos quieran». «Nosaltres som el Valencia. Això mai canviarà», decía otra leyenda. Tampoco faltaron las cartulinas o los folios caseros de «Lim go home».

Los jugadores aplauden al público al acabar el encuentro. | EFE

El foco de la afición en los prolegómenos del partido estuvo en el palco, pero el valencianismo también tuvo tiempo para saborear su vuelta a Mestalla 442 días después. «Hem tornat», decía una pancarta. Era un día para disfrutar después de quince largos meses de pandemia. La gente se hacía ‘selfies’ con el campo de fondo respetando todo el protocolo de seguridad sanitario: distancia de 1.5 metros, mascarillas, etc. Mestalla volvía a rugir. «¡Que anime todo Mestalla, todo Mestalla!» Camisetas, bufandas, senyeras, etc. El campo volvía a tener vida y mucho calor. Las altas temperaturas tampoco ayudaron. La gente se abanicaba, bebía agua (lo único permitido) y se refugiaba como podía del sol.

Varios jugadores entregaron camisetas a la afición. | EFE

¿Y el equipo? Mestalla recibió a los jugadores con aplausos consciente de que posiblemente sean los que menos culpa hayan tenido de la marcha del club esta temporada. El valencianismo les aplaudió y muchos de ellos devolvieron ese cariño. También corearon los nombres de los futbolistas a medida que los nombraban por la megafonía. Las mayores ovaciones fueron para Voro y el capitán José Luis Gayà. «¡Valencia, Valencia!». Mestalla tenía claro que su protesta iba dirigida a Meriton. El «Peter, vete ya!, ¡Peter, vete ya!» sonó más fuerte que nunca cuando saltaron los jugadores al césped y en el mismo instante que arrancó el partido. Fue la banda sonora durante los noventa minutos. Ni siquiera la celebración de los goles hizo olvidar al valencianismo. Demasiado sufrimiento.

Con el gol de Guedes la grada se acordó de un Murthy que impertérrito se tapaba tras la mascarilla y las gafas. Con los dos siguientes de Soler el centro de las protestas volvía a ser Lim. El estadio recuperó su sonido ambiente, pero todavía se escuchaban las voces de los jugadores y los aficionados. Como una persona que gritó en apoyo de Hugo Guillamón. ¡Y cómo no! Las protestas al árbitro que retumbaban en las paredes de Mestalla. El fútbol volvía a ser fútbol aunque la megafonía recordaba la realidad: «Prohibido moverse salvo urgencias y necesidad de ir al baño».