En el año del fracaso de la aventura elitista de la Superliga impulsada por los clubes más ricos del mundo, los equipos no profesionales de Europa se unen para reivindicar las esencias del fútbol amateur y sus vínculos como un fenómeno comunitario, de intercambio cultural y de amistad. Ante la fractura de los poderosos, la cohesión de los humildes. Así nace el Trofeo Fenix, la competición europea de carácter amistoso que se disputará la próxima temporada y que, entre sus ocho fundadores, contará con el CD Cuenca Mestallistes 1925, el equipo de Segunda Regional presidido honoríficamente por Mario Alberto Kempes y decano del fútbol amateur de València. Todos los clubes, de accionariado popular, han sido elegidos por su distinción social, histórica y cultural.

En un formato liguilla, el Cuenca Mestallistes quedó encuadrado ayer en el sorteo realizado en Roma junto a la Lodigiani de la capital romana, el HFC Falke de Hamburgo y el Raptors de Praga. En el otro grupo, el Brera de Milán, se medirá al FC United of Manchester, el AFC DWS de Amsterdam y el AKS Zly de Varsovia. Tras la fase de grupos, se jugará una final a 8 en mayo del próximo año en Rimini, Italia.

Entre los equipos representados se encuentran clubes nacidos como respuesta a los cambios accionariales en clubes clásicos de Europa. Es el ejemplo del FC United, fundado por aficionados de los Diablos Rojos descontentos con la venta del club de Old Trafford a la familia Glazer; y del Falke alemán, escisión del Hamburgo. También se da el caso de históricos reconstruidos por sus aficionados, como es el caso del AFC DWS, de Amsterdam, ganador de la liga neerlandesa en los años 60, rival histórico del Ajax y cantera en la que jugaron hasta los 16 años Ruud Güllit y Frank Rijkaard. El Lodigiani romano es un club con fértil tradición de cantera, en cuya escuela se formaron jugadores como Francesco Totti, Luca Toni o el lateral del París Saint Germain Alessandro Florenzi. El Brera, tercer equipo de Milán, juega sus partidos en el Arena de la capital lombarda, estadio del Inter hasta después de la Segunda Guerra Mundial, y ha ganado celebridad por sus innovadores proyectos sociales en favor de los sectores más desfavorecidos. El Zly de Varsovia y el Raptors de Praga destacan por su apuesta por proyectos socio-culturales e inclusivos. 

Por su lado, el CD Cuenca, club de barrio que recoge su nombre de la calle Cuenca de València, es el origen del CD Mestalla, filial del Valencia, y a pesar de competir siempre en categorías regionales, de su cantera emergieron históricos jugadores valencianos, como Ricardo Alós, Seguí y Pepín, que alcanzaron la internacionalidad con España. Después de unos años en los que la supervivencia del club corría peligro, el CD Cuenca se ha reactivado como equipo de accionariado popular, siguiendo la corriente trazada por entidades como el Unionistas de Salamanca, entre otros, y colocando al socio en el centro de la gestión y la toma de decisiones. La leyenda del Valencia Mario Alberto Kempes es el embajador internacional del Cuenca Mestallistes.

El fútbol que se regenera

Según sus organizadores, el Trofeo Fenix  quiere ir más allá de la competición deportiva para ser una experiencia «destinada a destacar las mejores prácticas dentro del fútbol no profesional: conducta deportiva, los vínculos con la comunidad local, sostenibilidad, uso de tecnologías y amistad entre clubes». El símbolo del trofeo es un fénix, el ave mitológica que se regenera de las cenizas de su predecesor, que se erige como una metáfora y un deseo de renacer de nuevos modelos de fútbol. El torneo, que se disputará entre septiembre de 2021 y mayo de 2022 arranca este verano con una campaña europea de micromecenazgo y parte de los beneficios que se deriven del campeonato irán destinados a entidades benéficas.