José Bordalás llegó ayer en Paterna a la que era su primera toma de contacto con buena parte los futbolistas que va a tener a su disposición acompañado por los que son sus hombres de confianza. El núcleo duro del cuerpo técnico llegó en un mismo vehículo y atravesó junto todo el parking interior de la ciudad deportiva hasta llegar al hall. Los cinco serán los encargados de llevar a buen puerto la nave valencianista y saben que ante ellos hay un desafío mayúsculo.

En el grupo de trabajo el primer integrante que cabe destacar es Javier Vidal Del Tell, a quien bien se podría tildar de ‘mano derecha’ del técnico ya que ha estado a su lado desde sus inicios en el fútbol alicantino. Pese a que su función está originalmente dirigida al aspecto condicional, donde ha sido pionero a la hora de implantar algunos métodos muy singulares, su influencia directa en otros aspectos le lleva a ser una de las principales patas del banco sobre las que se sustentará el Valencia CF 20/21, ya que huelga decir que la preparación física es uno de los aspectos que el nuevo técnico del Valencia no negocia. Dicen quienes le conocen que es un obsesivo del control de cargas y muy profesional, hasta el punto de no querer dejar nunca ninguna variable al azar: Prueba de ello es que mientras todos estaban de vacaciones estivales, él ya empezó a trabajar en la ciudad deportiva de Paterna.

Tras él hay que poner a Patri Moreno, ex futbolista natural de Don Benito que llegó al Getafe para ser segundo de José Bordalás de su mano al tratarse de una prolongación suya dentro del campo. No en vano el ahora segundo técnico estuvo a las órdenes de Bordalás como jugador en activo en clubes como Alicante, Hércules, Alcoyano y Elche durante una larga trayectoria que continuó primero en el banquillo del Getafe y ahora en el del Valencia.

El tercero, aunque no por ello menos importante, es Nacho Fernández que ya estuvo junto al técnico alicantino en Alcorcón, Alavés y Getafe, pero que las dos últimas temporadas intentó hacer carrera en solitario aunque ahora regresa al lado de Bordalás como tercer hombre de máxima confianza. Comenzó su carrera en su Gijón natal, donde dirigió al Quintueles aún en categorías de fútbol aficionado. Luego pasó por clubes modestos como Mazarrón o Pájara Playas en Las Palmas antes de vivir dos etapas en el Alcorcón, con Bordalás y Anquela. También tuvo su periplo por los banquillos fuera de España ya que en Venezuela dirigió al modesto Academia de Puerto Cabello.

Y por último está Suso Suárez, preparador físico que estaba en la UD Las Palmas y en 2018 marchó al Spartak de Moscú ruso. Él es la otra gran novedad en el cuerpo técnico valencianista. Posee una dilatada y e incluso exótica trayectoria ya que en 2013 protagonizó ya su incursión en el fútbol ruso en las filas del Rotor de Volvogrado. Con anterioridad, en 2010, preparó a los jugadores del Mamelody Sundowns, en la Liga Sudafricana, y ha trabajado también tanto en la UD Las Palmas como en el CD Tenerife, los dos equipos de su tierra, desarrollando una eficiente labor después de iniciarse en clubes más modestos como Gáldar, Universidad de Las Palmas (dos etapas) o Lanzarote.

Ellos cuatro son los principales apoyos del técnico, personas de su máxima confianza que analizando su trayectoria tienen un punto en común. Todos han bajado al barro para labrarse un futuro profesional al igual que el propio Bordalás