Perder en pretemporada puede ser una anécdota y en otros casos, como en la derrota del Valencia contra el Zaragoza, un aviso de la realidad que puede vivir el equipo en el futuro. La falta de nivel es evidente. No solo en lo técnico, con jugadores que difícilmente ganaron un uno contra uno ante un jugador rival, sino también en la inteligencia táctica de los nombres que tiene ahora mismo la plantilla valencianista. Y ya no es cuestión solo de apuntar a los que han disputado el cuarto amistoso del verano, sino de señalar todo lo que haría falta para tener garantías suficientes. Con Bordalás no es suficiente, porque el técnico necesita fichajes en la delantera, en el pivote, en las bandas e incluso otro jugador más en posiciones cubiertas con algún titular. Porque la falta de nivel entre los indispensables, que no hay tantos, y el resto se vio en Pinatar Arena. Y el entrenador, claro, no puede hacer milagros. 

La titularidad de Gayà y Maxi Gómez no sirvió ni tan siquiera para ocultar los problemas reales de un equipo con demasiados parches mientras espera. La pregunta es a qué y cuánto tiempo. Si en otros encuentros la presión alta fue una de las notas positivas, en la primera parte contra el Zaragoza no hubo ninguna noticia positiva. Ni la intensidad, con pocas faltas y mal elegidas, se salvó en Pinatar Arena. Javi Guerra lo intentó en el minuto dos con un disparo lejano y desde ese momento, al siguiente acercamiento, con otro de Guedes a las nubes, pasaron muchas cosas y ninguna positiva para el Valencia. Fran Gámez se empezó a incorporar por derecha y ahí, en la zona de Cheryshev, el Zaragoza encontró un filón. En una de esas, Paulista abandonó mal la zona, Diakhaby no se aproximó al brasileño y Narváez hacía el primero de la tarde. Ni el 'cooling break' despertó al Valencia mientras Bordalás se enfadaba y exigía algo más de intensidad a los suyos. Y antes de terminar ese primer tiempo aún dio tiempo para el segundo del Zaragoza. 

El segundo tiempo no ha mejorado ni mucho menos la actuación valencianista. De hecho, el equipo avanzó unos metros pero se mostró igual de incapaz de generar ocasiones mientras los minutos pasaban y el portero del Zaragoza era un espectador más. En primera fila, desde el área pequeña, veía cómo su rival ponía algún centro aislado sin mucha fe, fallaba pases que montaban alguna contra y terminaban por primera vez esta temporada con la portería a cero en cuanto goles a favor. Y lo que pudo ser otra prueba más de verano con algún detalle positivo se convirtió en un KO que debe ser un mensaje a Meriton. La espera no es eterna, el mercado está mal en todo el mundo pero pocos o nadie regalaron piezas importantes como sí hizo el Valencia hace un año y este año toca arreglar algo del desperfecto. Como sea. Y no solo con un '6'. Prácticamente hace falta un jugador por línea.