Uros Racic está apto para volver. El centrocampista serbio ha superado su sobrecarga en el gemelo y se suma a la corta nómina de centrocampistas que tiene a su disposición José Bordalás. El «19» no juega desde el primer amistoso contra el Villarreal y su regreso es una excelente noticia de cara a preparar al equipo para una competición que arranca en dos semanas. Ayer publicó una fotografía en su cuenta personal de Instagram anunciando que está «listo».

El entrenador respira un poco y también lo podrá hacer Hugo Guillamón. El futbolista valenciano está siendo el más utilizado por Bordalás esta pretemporada. Con 360 minutos de 450 posibles, el de L’Eliana no ha rotado prácticamente nada y se afianza como una opción más para el doble pivote de cara a la próxima temporada. El técnico alicantino ha estado muy encima de él en los partidos corrigiendo aspectos de posicionamiento y reforzando sus aciertos. A su lado ha tenido acompañantes de lo más variados, pero el único fijo ha sido él.

A falta de dos amistosos antes de enfrentarse al Getafe en la primera jornada, el entrenador podrá ensayar con lo más parecido a un doble pivote titular que tiene a su disposición. Guillamón ha progresado como ‘6’ en esta fase de preparación y Racic es fijo. Después de completar con éxito su primera temporada en el primer equipo del Valencia, el serbio arranca este curso como uno de los hombres fuertes dentro del equipo. Más si cabe con la escasez de alternativas que tiene el plantel en esta parcela y que ha quedado patente este verano.

La falta de fichajes, la lesión del propio Racic y la presencia de Carlos Soler en los Juegos Olímpicos ha obligado a Bordalás a inventar diferentes combinaciones en la medular. Mouctar Diakhaby, Joseda Menargues, Adri Gómez, Vicente Esquerdo, Javi Guerra, Yunus Musah y Alessandro Burlamaqui han sido los futbolistas que han ocupado esa demarcación en los cinco amistosos disputados hasta la fecha. Algunos de forma coyuntural y otros como probatura más seria en busca de alternativas factibles para jugar ahí.

La irrupción del peruano ha sido la más llamativa de todas por su adaptación al ‘estilo Bordalás’, de hecho en el Derbi ante el Levante UD le dieron más de 80 minutos. Intensidad, físico para abarcar campo, seguridad en el pase y agresividad en los duelos fueron sus credenciales. Tuvo un careo con un jugador experimentado como Roberto Soldado y no se amedrentó.